Reportaje Médicos Mayores: La actividad física y su rol en la medicina preventiva

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Dr. Juan Carlos Molina, Geriatra y Profesor Asistente Universidad de Chile

La actividad física surge como una excelente alternativa para la medicina, tanto desde lo preventivo, como para el control de los pacientes que ya padecen enfermedades crónicas.

En el año 2002, la Directora de la OMS de la época, Dra. Gro Harlem Brundtland, señalaba:

“Tenemos un remedio inmediato, seguro y confiable para algunos de los principales riesgos de salud relacionados al consumo insalubre. Es gratis, funciona para ambos: ricos y  pobres, para hombres y mujeres, para jóvenes y mayores. Es la actividad física. Al menos 30 minutos todos los días”.

Un ejemplo de la importancia del ejercicio en la enfermedad es la hipertensión arterial, que si no es abordada de una forma efectiva, no va a permitir que el paciente pueda llevar una vida activa, por cuanto si es sedentario, podrá no solo eliminar ese factor de riesgo tan importante, sino que podrá recibir un fármaco tan mal utilizado como es el “ejercicio”, que como todo medicamento, tendrá indicaciones precisas, dosis, precauciones y contraindicaciones.

Cuando realizamos un ejercicio debemos entender que su acción es multimodal, esto es, que existen ciertos tipos de ejercicio preferentes para una u otra indicación. Así, existen ejercicios de flexibilidad y relajación  (como pudiera ser yoga) que no solo son muy útiles en el estrés, también permiten evitar lesiones y mantener rangos de movilidad adecuados en nuestras articulaciones y, además, permiten a nuestra musculatura estar mejor predispuesta a esfuerzos mayores.

Por su parte, los ejercicios de equilibrio permiten estar mejor preparados para situaciones imprevistas que pueden determinar caídas, junto con tener mejor desempeño en la vida diaria, como el ejercicio Tai- Chi, que es útil cuando se está mareado frecuentemente.

En enfermedades cardiovasculares, tienen gran efecto los ejercicios aeróbicos, como caminar rápido, nadar, pedalear, bailar, porque a la larga generan mejorías metabólicas, como son el manejo de la resistencia a la insulina, de las glicemias y la disminución de la grasa corporal.

Asimismo, en el corto plazo, recuperan la capacidad de las arterias de producir una sustancia antihipertensiva y protectora de la ateroesclerosis, que se denomina óxido nítrico.

Los mayores consejos que se pueden dar son que el reposo mata y hay que hacer ejercicio, en una cantidad que permita adecuar mejor la intensidad y frecuencia, como medidas precautorias de enfermedades cardiovasculares.

No se trata de obtener y realizar ejercicios a nivel competivo. No es esa la indicación en Medicina.

Es preciso además, al realizar ejercicio preventivo C-V, hidratarse adecuadamente, usar vestimenta que no le genere ni hipotermia (baja temperatura) ni hipertermia (exceso de calor), que sea cómoda y con zapatillas livianas y en espacios seguros.