Reivindicando los derechos maternales de las médicas

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Consultar inmediatamente a sus especialistas cuando existen dudas o estén siendo vulnerados sus derechos, es la recomendación que realiza UDELAM a las médicas que hacen el doble esfuerzo para ser madres y profesionales.

Por: Marcela Barros

Lejos. Muy lejos estamos de la imagen de la mujer recolectora de alimentos. También de aquélla que –por siglos y siglos– se dedicó exclusivamente a la crianza de los hijos. Lejos estamos de la imagen de la mujer que entra al mundo del trabajo sólo cuando la necesidad económica la obliga a salir del hogar. Hoy el camino recorrido parece no tener vuelta atrás. Mujer, madre, trabajadora, profesional y jefa de hogar son roles cada vez más frecuentes y paralelos en las féminas del siglo XXI, donde las crecientes exigencias hacen frecuente encontrarse con quienes no desean ser madres –o al menos postergan serlo– por las dificultades que ello implica en su vida profesional.

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“Embarazarse entre los 25 y 30 años, cuando recién estamos terminando nuestros estudios, coexiste con un proceso de formación pendiente”.

Presidenta del Consejo Regional Santiago, Dra. Izkia Siches

Ciertamente la sociedad y la garantía por los derechos de la maternidad y los que asisten a los niños y niñas han avanzado, pero de igual modo la necesidad de licencias de pre y posnatal, el cumplimiento de la lactancia materna, el derecho a sala cuna, además de otros derivados de la maternidad, son una “piedra en el zapato” para las médicas del país.

La presidenta del Consejo Regional Santiago del Colegio Médico, Dra. Izkia Siches, afirma que “muchas de nosotras no somos contratadas en edad fértil. A esto se debe agregar que el embarazarse en esta etapa de la vida –entre los 25 y 30 años de edad, cuando recién estamos terminando nuestros estudios– coexiste con un proceso de formación pendiente. Considero que la edad fértil es un momento complejo para una mujer profesional, que hace que finalmente se vaya postergando la maternidad sin tener criterios objetivos para hacerlo”.

Cabe preguntarse si ejercer la medicina es más complejo para la mujer. La Dra. Zunilda Gambetta, presidenta del Consejo Regional Maule del Colegio Médico, quien tiene hijas adultas, cree que sí. “El rol materno es mucho más demandante. Una debe estar presente en muchos ámbitos al mismo tiempo. Yo veo que los médicos tienen esposas que se encargan de la casa, los niños y sus múltiples requerimientos; les cuidan el sueño después del turno, sacan a los niños o los hacen dormir cuando ellos necesitan estudiar o preparar un tema”.

Se supone que las leyes demuestran el avance de una sociedad y son el reflejo de ella. Pero el marco legal chileno no siempre considera las particularidades de los médicos, según explica el presidente de Falmed, Dr. Sergio Rojas. “El marco normativo de los médicos es sui géneris, no es lo común. Cuando se dictan estas leyes, se dictan normalmente para la mayoría de las personas que cumplen 44 horas diurnas, que trabajan para el Estado con un contrato. No se previó que hay otro tipo de contratos, y ahí entramos al mundo médico, que tiene un contrato especial, de 22 horas, de 11, de 33, 34 ó 28 horas semanales, con turnos de sábado y domingo. Aún no está claro si se tiene derecho a permisos administrativos en turnos de urgencia. Hay vacíos legales”.

Precisamente, esos vacíos son los que aborda permanentemente en su trabajo la Unidad de Defensa Laboral Médica, UDELAM. De los 244 casos patrocinados en 2015, un 12% corresponde a conflictos por incumplimiento de derechos derivados de la maternidad. Cuatro médicos con amplios conocimientos en derecho laboral, tres abogados y un periodista dan vida a esta unidad de trabajo de Falmed, que vela por otorgar asesoría oportuna y expedita a los facultativos afiliados en materias de índole laboral y administrativa.

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“Los médicos tienen esposas que se encargan de la casa, los niños y sus múltiples requerimientos; les cuidan el sueño después del turno, sacan a los niños o los hacen dormir.”

Presidenta del Consejo Regional Maule, Dra. Zunilda Gambetta

La abogada de UDELAM, Patricia Núñez, explica que “los principales problemas –en el caso de las médicas– son el ejercicio de alimentar al hijo al volver del descanso posnatal, porque no se respeta el tiempo de trayecto si es que no hay sala cuna en el lugar de trabajo. También el cómo hacer efectivo el subsidio maternal que reemplaza la remuneración; y los montos de este subsidio, ya que las doctoras ganan más que el tope que fija la ley, que está determinado en UF”. A ello se suma, en el periodo de prenatal, el eliminar los turnos nocturnos –considerados trabajo pesado– luego de las 20 semanas de gestación. “Ello implica cambiar a la doctora embarazada de las funciones que está prestando, porque así lo establece el Código del Trabajo. Ese es un caso que se da harto”, sentencia.

Lo positivo es que hay soluciones para las médicas que han recurrido a UDELAM. “En caso de los tiempos para amamantar, se empezó a respetar éste. También en el caso de una doctora que tiene mellizos (1 hora por hijo), se consiguió que se le otorgaran las dos horas. Asimismo, se logró que se considere el tiempo de trayecto cuando la sala cuna está fuera de la institución”, agrega la abogada Núñez.

El derecho a sala cuna es aquel que garantiza a las madres trabajadoras de empresas con veinte o más mujeres, de cualquier edad o estado civil, llevar a sus hijos a una sala cuna durante el tiempo que prestan servicios en la empresa. El empleador debe costear este beneficio, para lo cual tiene las opciones de mantener o construir salas anexas e independientes del local de trabajo, que sea de propiedad de la empresa; mantener con otros empleadores una sala cuna conjunta; o pagar una externa donde la trabajadora deje a sus hijos. Ésta debe contar con la autorización de la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI. En este caso, el empleador debe pagar también los pasajes de traslado hacia la sala cuna y de regreso a la empresa.

En el caso de las médicas, Patricia Núñez explica que hay dictámenes de la Dirección del Trabajo desde 2008 en adelante que “ordenan se compense el beneficio cuando no existe sala cuna, se está en localidades apartadas o en turnos nocturnos, sin que implique una renuncia porque es un derecho irrenunciable de toda trabajadora”, aun cuando –añade– hay escollos legales en el sector público que no permiten destinar un fondo en otra cosa para lo cual no fue aprobado.

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“El marco normativo de los médicos es sui géneris. En la legislación no se previó que hay otro tipo de contratos, como los del mundo médico, que son especiales”.

Presidente de Falmed, Dr. Sergio Rojas

Casos ilustrativos

En La Serena, el Colegio Médico y Falmed presentaron ante la Corte de Apelaciones de esa ciudad un recurso de protección en contra del Servicio de Salud de Coquimbo, debido a la discriminación que vivían las Dras. Karina Cisternas y María de los Ángeles Morales, quienes fueron suspendidas de su trabajo por estar con posnatal. Ambas médicas son parte de los 50 facultativos que realizan sus residencias en los hospitales de la Región de Coquimbo, a quienes el Ministerio de Salud sólo los reconoce como becarios, pero no como funcionarios públicos, cuestión que sería el fundamento legal para la medida tomada contra ellas.

Las facultativas mencionadas estaban haciendo sus becas en psiquiatría y pediatría, respectivamente. Era fines de octubre de 2015 y cada una tenía un hijo de tres meses en brazos. Les pareció lógico tomar la opción de cuidarlos personalmente hasta los seis meses; pero a principios de noviembre se les avisó que la semana posterior tenían que volver a trabajar porque no tenían derecho a permiso posnatal parental, es decir, a aquél que –luego de las doce semanas del descanso posteriores al nacimiento–, la madre trabajadora tiene derecho a permanecer con su guagua un tiempo que depende de la decisión de la trabajadora, con las opciones de doce semanas sin reincorporación a sus labores, o dieciocho semanas reincorporándose a sus labores medio tiempo.

El presidente del Consejo Regional La Serena del Colegio Médico y secretario de Falmed, Dr. Jaime Bastidas, explicó en su oportunidad la gravedad de la situación. “El Código de Trabajo no distingue profesión y la nueva ley es igual para todos. Para las afectadas ha sido una angustia, porque están en todo el proceso de crianza de sus bebés, con lactancia materna, que es lo que el ministerio pide para los primeros seis meses de vida de los hijos. Es una incongruencia que el Ministerio de Salud, que fue el que más peleó porque se avanzara de tres a seis meses en el posnatal y es el que más pide que las mamás se queden con sus guaguas, que críen, que les den pecho, sea el que le está restringiendo este derecho a la mujer trabajadora”.

La Dra. Karina Cisternas explica que en su caso tomó la beca estando embarazada, que dio aviso y consultó si podía tomar la beca, recibiendo una respuesta positiva, de que no había problema y que podría optar a todos los beneficios. “Yo no quise ser poco ética al entrar embarazada. Consulté”.

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“Es una incongruencia que el Minsal, que es el que más pide que las mamás se queden con sus guaguas, sea el que le está restringiendo este derecho a la mujer trabajadora”.

Presidente del Consejo Regional La Serena, Dr. Jaime Bastidas

Finalmente, la primera semana de diciembre de 2015 el máximo tribunal de La Serena resolvió a favor de las becarias. El abogado jefe del Zonal Norte Chico de Falmed, Pablo Martínez, señaló entonces que el recurso presentado es “el más efectivo para resolver con prontitud. La Corte de Apelaciones de La Serena aprobó el avenimiento firmado entre el Servicio de Salud Coquimbo y las becarias. En este acuerdo, el Servicio de Salud les reconoce el derecho a su permiso posnatal parental en su calidad de becarias, a la luz de lo establecido en las normas sobre protección a la maternidad, paternidad y vida familiar, y lo prescrito en los tratados internacionales ratificados por Chile, los cuales le dan la más amplia protección a la madre trabajadora, aun cuando esta se desempeñe en las situaciones más atípicas”.

Las vulneraciones de derechos que afectan a las médicas fueron planteadas a la ministra del SERNAM, Claudia Pascual, en una reunión realizada con la secretaria de Estado y directivos del Colegio Médico. “Se planteó todo esto. Ella se mostró interesada en abordar estos temas con el Ministerio de Salud. Es un ministerio nuevo, pero es un tema pendiente”, cuenta el Dr. Sergio Rojas.

La brecha entre hombres y mujeres cada vez es más estrecha, pero queda trabajo por hacer. El extraordinario camino que inició la Dra. Eloísa Díaz en 1880 cuando entró a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, desarrollando una brillante carrera profesional, probablemente tuvo varios escollos que superar. Su caso era atípico. La única y primera mujer médico del país. Hoy la presencia de la mujer en la medicina es una realidad importante. De los más de 24 mil facultativos colegiados, el 40% corresponde a médicas. Por ello el Colegio Médico ha realizado y seguirá realizando acciones para que el Estado se modernice en la materia y genere condiciones laborales que permitan a una mujer realizarse como médica y madre, si así lo desea.