Caminar es conveniente

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Dr. Álvaro Yáñez del Villar.

Hay acuerdo, científicamente comprobado, que una vejez saludable, depende, entre otros factores, en mantenerse física e intelectualmente activo, conservando su mente ocupada y haciendo ejercicios físicos de variada índole, pero apropiados para individuos de avanzada edad.

A estas alturas, asomándome a la décima década de mi vida, trato en lo posible de seguir activo. Cuando camino, cosa que hago a menudo, aprovecho de mirar a mi alrededor, observar la gente con que me cruzo y constatar los cambios ocurridos por donde acostumbro pasar y, sobre todo, recordar y dejar vagar la imaginación.

Me gusta caminar, aprovechando toda oportunidad para ello. Cuando tengo ánimo, recorro cuadras para tomar movilización colectiva, o para cumplir los ritos del consumo en el supermercado, ir al banco a sacar el dinero que necesito para mis necesidades básicas y por supuesto ir a la farmacia a comprar los remedios, que según el médico que me atiende, garantizan mi supervivencia.

Pero una ocasión que no me pierdo, es ir al cementerio para acompañar y expresar mis condolencias a los familiares de algún amigo, que, salvo excepciones, era por lo general, casi tan viejo como yo.

Cuando ello ocurre, siempre que puedo me anticipo al cortejo, caminando, sin compañía, al lugar del entierro o al crematorio. Mi marcha, tranquila y lenta por las amplias, silenciosas y sombreadas avenidas, flanqueadas por innumerables sepulcros ocupados por los restos de miles de personas, crea la oportunidad, el ambiente y me da tiempo para pensar en la persona fallecida, a quien conocí durante gran parte de su vida, en sus luces y sombras y para recordar lo que nos tocó compartir.

Puede que mi paso lento, cabeza gacha, haga pensar a quienes me ven, que soy un deudo sumido en la tristeza, pero no, no es tristeza lo que siento, pienso en la vida de los amigos fallecidos, en la de los pocos que quedan vivos y en mi propia vida, que a pesar del largo tiempo transcurrido, es apenas un breve destello en el tiempo de la humanidad, pero lleno de vivencias, experiencias, sentimientos, uno que otro éxito y algunas decepciones y me maravilla de lo que la vida me ha ofrecido y cómo fui capaz de recorrer un largo y variado camino y que en todo caso, pese a todo, mereció ser vivido.

Y al final de mi marcha, cuando me aproximo al lugar de la ceremonia, vuelvo a pensar en la vejez, las recomendaciones de los médicos y pienso que esas caminatas en el cementerio, quizás alejen la fecha, para cuando, por última vez haga, ese trayecto, pero no caminando y sin retorno.

Poesía

Buscando caminos

Andrés Barré (S) (Dr. Alejandro Illanes)

Caminante, sí hay camino

Camino de verdad

Desde Plaza Baquedano

Busca con seguridad

Hasta encontrar la salida

De este pueblo tan dolido

Dolido de verse herido,

Y falto de dignidad

No hay pasado ni presente,

Escrito o no en la historia,

Sin respeto a la persona humana

De mujeres, niños y hombres

Que sangre mancharon la humanidad

Caminante, sí hay salida

Camino duro es dialogar,

Sin olvidar que el poder verdadero

Está en el pueblo que trabaja, sufre

Y sueña, una enormidad…