Anátomo Patólogo y escritor, nacido en Punta Arenas. La poesía y la música son sus pasiones. Escribe bajo el seudónimo de Plutón y considera que desde siempre ha sido un oyente y también un hacedor de música con rimas y últimamente, también intérprete.
Ha publicado los libros de poemas “Fuegos” (2019), “¿Quiero escribirme?” (2020), “Antifonario total” (2022), “Desierto florido» (2023), “Ha lea kala” (2023), “El microscopio con alas” (2023), “Elementos con poemas de otro” (2024) y “Ocho sueños” (2024).
Despierta en la noche de tu día
¡Noche despierta!
un abejorro, una mariposa, entre lápidas
abre la boca, lágrimas, dando vuelta la mirada
¿Por qué no te alcanzo? ¿Si el camino es tan corto?
Dijo la muerte a la vida que la precedía.
Durmiendo la muerte, soñando estaba viviendo
mientras bajaba por esos riscos, dubitaba despertar
porque temía enfrentarse con ella misma y morir en su sueño.
Cuando del sueño despiertes, tus alas de plumaje blanco
volarán al sol y la luna, unidas a una cuerda
sin saber te esperan, para completar contigo
su existencia de luces distintas.
La muerte dormía, soñaba era la vida
al despertar de su sueño confundida
ya no sabía si había muerto o aún vivía.
Muertas de risa, vida y muerte, parloteaban en la montaña, nadie escuchó que decían, hasta se hizo de noche, ambas como hermanas se fueron a dormir juntas, al despuntar el alba todo fue mar de lágrimas, las encontraron bailando moribundas, despertando del mortal sueño que las traía un lapso, de vuelta a la vida
¿Qué haremos sin sus historias? Su tumba está abierta vacía.
Juntas no se sabía dónde empezaba una y terminaba otra, tan parecidas vestidas para una fiesta se veían, reflejadas en un espejo, espejismos eran sus imágenes de iguales, hasta que una tropezó con un diamante de rimas, la otra le recitó un poema que duraba diez mil años, al instante las dos fundidas en un anillo fueron las mismas dando vueltas en medio de la sonrisa empezaba a dibujarse en sus labios
Si pudiera recitarlo abriendo esa caja de palabras donde escondido te encuentras no hay llave imaginable que pueda abrir esa puerta
El sello de tus ojos son la respuesta, el decir de la sombra sola alejada de su cuerpo, ha comenzado su baile nocturno de luciérnaga.
La copa de vino blanco llena tirada en la zanja esperando
El sillón blanco de felpa al lado de la calle recibía invitados
En el cielo un perro volando vestido con un arcoíris empezaba a caer en su globo púrpura, llegamos a la casa del lago
Y no tenía monedas para tomar el tren, no sabía cómo iba a volver.
Despertó de su peor pesadilla, había soñado vivía en un jardín, los muertos hablaban animadamente sentados a la vera de sus tumbas, contando sus historias, los había de todas las edades, colores, algunos se lamentaban, otros lucían alegres, cuando le vieron la mayoría sintió terror y miedo, en tanto los menos la miraron extasiados, los primeros los aterrados, apartando sus miradas nunca supieron porque volvieron, los otros siguieron su camino sin caminar sobre sus pasos, para no repetir lo que ya habían pisado, liberados de sus cadenas quizás finalmente comprendieron esa pesadilla.