En la búsqueda de soluciones clínicas ante agresiones al personal de salud

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Doctor en psicología, especialista en trauma, explica que los primeros auxilios psicológicos y técnicas cognitivo conductuales aplicadas son fundamentales para el abordaje de estos casos.

Por Patricio Alegre, periodista FALMED.


 

El contexto creciente de agresiones al personal de salud en Chile, nos desafía a buscar una serie de respuestas basadas en evidencia que permitan atender de manera efectiva los problemas en salud mental que trae aparejada este tipo de situaciones, cuyos lamentables episodios están afectando gravemente a los integrantes de los equipos de salud.

Para ello tomamos contacto con el destacado Doctor en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Salud Mental en Catástrofes, Especialista en Seguridad, Emergencia y Desastres, además de subdirector Académico de la Dirección de Extensión y Vinculación con el Medio de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Humberto Marín Uribe, a quien consultamos cuál sería la forma de enfrentar, desde su especialidad, este contexto de violencia en el ejercicio profesional médico.

“Lo que un profesional me recetó en un evento pasado de agresión, puede no ser útil en el evento actual más reciente, por eso lo importante para los médicos y para todos los funcionarios de la salud que puedan verse afectados, es jamás auto medicarse y acudir a un especialista”.

Humberto Marín Uribe

Dr. en Psicología

“Todos los seres humanos que se han visto afectados por eventos potencialmente traumáticos, hemos visto que se benefician de recibir Primeros Auxilios Psicológicos (PAP), que deben ser aplicados en el momento de una crisis. Los PAP son una técnica universalmente aceptada, en la cual se le brinda a la persona protección, ayuda, apoyo psicosocial no invasivo y de esa manera se facilita la recuperación espontánea de la persona afectada”, detalla.

Protocolos

El experto en salud mental argumenta que existen distintos protocolos de PAP, aunque en nuestro país se utiliza uno en particular.

“Nosotros tenemos en Chile validado científicamente el protocolo llamado PAP- ABCDE. PAP como sigla que resume el término Primeros Auxilios Psicológicos y ABCDE, porque hace referencia a las etapas del protocolo: A en relación a la escucha Activa, B respecto del reentrenamiento de la (B)entilación (con B por su traducción en inglés), D en cuanto a la Derivación a redes de apoyo y E por Psico(E)ducación”, explica.

En este sentido, el Dr. en psicología manifesta que es relevante, principalmente en el caso de las personas afectadas por agresiones en el sector salud, cotejar las respuestas del afectado por una agresión.

“Para esto es importante poner atención a las reacciones físicas, cognitivas, emocionales y en relación con otros de la persona afectada. Esto porque a partir de estas reacciones, es cómo los seres humanos respondemos a los eventos críticos. Hay personas que van a responder con solo una de esas reacciones, otros con dos, algunos con tres o cuatro de estas reacciones, incluso algunos con ninguna de ellas. Lo importante es que las personas sepan y el proveedor de primeros auxilios psicológicos tenga muy claro, que ésas son las respuestas esperadas en un contexto de crisis, las cuales se espera que vayan disminuyendo, tanto en frecuencia como en intensidad. Vale decir, que cada evento es menos intenso en el tiempo posterior a la agresión”, dice.

Trayectorias

Sin embargo, Humberto Marín puso énfasis en los casos en que las reacciones demoran en desaparecer.

“En el caso de un funcionario de la salud, que constantemente está expuesto a este tipo de agresiones y escenarios de alta tensión, ya sea en un servicio de Urgencia, o en un Cesfam, efectivamente se ha visto que existen distintas trayectorias. O que las personas en el tiempo, responden o tienen su respuesta de manera distinta”, menciona.

Asimismo, el Dr. Marín indica que existe una trayectoria, en la cual la persona al principio no presenta una respuesta al evento crítico, pero sí puede presentarlo tres, seis, nueve o 12 meses después del evento, incluso más tiempo.

“Esa es una respuesta llamada “resiliente”, en la cual la persona afectada rápidamente recupera su funcionamiento previo, es decir, antes de la crisis, y logra sobreponerse a la situación”, añade.

De la misma manera, explica que existe un tipo de respuesta que es la de “recuperación”, en la que la persona tiene una leve activación y un leve malestar en las próximas horas y días de la crisis, pero después dicha reacción va disminuyendo y recuperándose espontáneamente.

“Los seres humanos tenemos una capacidad de recuperación espontánea y los PAP lo que hacen es que promueven o ayudan a esa recuperación espontánea. A modo de analogía, esto es similar a cuando un hueso se fractura. Lo que hace el traumatólogo es inmovilizar la extremidad, pero en realidad lo que sana es el mismo hueso que se recupera”, ejemplifica.

Estudio

En cuanto a la sucesión de agresiones al personal de salud, en un contexto como el actual y sus efectos en la salud mental, el experto destaca, que existe un estudio realizado por los investigadores japoneses y holandeses Taku Saito y Florentine H.S. van der Does, entre otros autores, a 55.632 bomberos nipones durante siete años. La investigación publicada en 2022 por la Universidad de Cambridge denominada: “Risk and resilience trajectories of post-traumatic stress symptoms among firts responders after the 2011 Great East Japan Earthquake: 7-years prospective cohort study”, evidencia que existe una quinta condición de afectación en casos extremos.

“Lo que este estudio propone es lo que ellos denominan una ‘recuperación incompleta’. Esta es la que se relaciona cuando un trauma se asocia a otro sucesivamente y que se produce principalmente en los seres humanos que trabajan en contexto de emergencia. Es decir, donde un evento y otro se van acumulando. Los realizadores de este estudio han integrado entonces, por esta razón, este quinto y nuevo patrón de respuesta denominado recuperación incompleta”, recalca.

Marín manifiesta que lo importante y lo primero es saber muy bien con qué tipo de personas estamos trabajando este tipo de situaciones. “En el caso de las personas que trabajan en el área de la salud, ya sean médicos, enfermeras, kinesiólogos, tens, el camillero, el chofer de ambulancia, etc., por su profesión, están expuestos a eventos potencialmente traumáticos, porque su desempeño, así lo contempla. Es por eso que lo importante es que los equipos de salud hagan actividades preventivas antes de un evento de violencia y agresión, que es lo que se conoce como acciones de prevención, de planificación y mitigación.”

Acciones

De igual forma, el experto comenta que en el caso de las acciones que se puedan hacer durante el evento crítico en sí, apenas este sucede y luego del mismo, son igualmente muy relevantes.

“Cuando el hecho de violencia ocurre, ahí estamos en la etapa de respuesta. Y en ese instante, la herramienta por preferencia son los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP). Ahora, posteriormente, es decir luego del evento crítico, estamos técnicamente en el ámbito de la rehabilitación, reconstrucción y recuperación”, explica.

Agrega que “en esta etapa posterior, hay una técnica que se denomina mediante las siglas EMDR, que es una técnica psicoterapéutica propuesta por Francine Shapiro, psicóloga norteamericana, que hace ya bastantes años, indica que, a través de la estimulación vía hemisférica, sean movimientos oculares, estímulos auditivos, estímulos táctiles, pero que estimulen ambos lados del cuerpo, se pueda hacer un reprocesamiento de la información. Con esa información disminuye la sintomatología”.

Según el experto, existen muchos estudios relacionados a EMDR, pero científicamente no se sabe muy bien cómo opera.

“Hay muchas teorías en relación a cómo funciona. Las investigaciones muestran que las personas que viven procesos terapéuticos con EMDR, logran recuperarse muy rápidamente. Y es por lo mismo, que se han hecho muchos estudios, con distintos grupos, como emergencistas, niños, adultos mayores, en fin, y todos han llegado a la conclusión que es una técnica de mucha ayuda. Actualmente se considera como una de las primeras técnicas que debieran ser implementadas en terapia, cuando ya tenemos en desarrollo un trastorno de estrés traumático, o de algún otro trastorno del espectro traumático”, dice.

Reacciones

En cuanto a cómo las personas reaccionan psicológicamente a las agresiones, Marín asegura que van a existir casos en que algunos pacientes se van a ver más afectados que otros, frente a un evento potencialmente traumático. “Por ejemplo, cuando estamos hablando de la trayectoria de recuperación incompleta, o en la trayectoria de retraso de una respuesta. Aquellas personas cuya sintomatología se prolonga más allá de tres o cuatro meses y genera incompatibilidad con la vida normal, ya sea que se les genera mucha angustia, no pueden salir solos de su casa. Hay algunas técnicas que pueden ser de ayuda y una de ellas es el EMDR, siendo una técnica cognitiva conductual que tiene protocolos y está pensada en recuperar y ayudar a personas que han vivido eventos potencialmente traumáticos. Es una técnica clínica que puede ayudar a recuperar el tipo de comportamiento”, comenta.

Asimismo, el Dr. en psicología contextualizó explicando que la técnica EMDR forma parte de las llamadas Terapias Cognitivo Conductuales Centradas en el Trauma (TCC-CT), siendo estas un grupo amplio de terapias, donde además de la técnica EMDR también existe la de Terapia por Exposición, cuya denominación responde a que en ella se expone de manera sistemática y controlada a la persona ante el estímulo disruptivo que le genera problemas.

Ejemplo

Según el experto, esto también es lo mismo que pasa con una persona que queda atrapada en un ascensor y que tiene que ser rescatada por bomberos, y que, producto de ello, y pese a que no resultó herida, no puede hacer uso de un ascensor y por lo mismo sólo utiliza las escaleras para ingresar a su departamento.

“En esos casos se recomienda una de estas terapias, (EMDR y Terapia de Exposición Sucesiva o de Aproximación Sistemática) para poder volver a utilizar un ascensor normalmente. En definitiva, son este tipo de terapias las que se incorporan en el arsenal terapéutico, cuando han pasado cuatro semanas, o más de un mes, y la sintomatología no disminuye en la persona afectada”, ejemplifica.

En cuanto a cuáles pueden ser los plazos de recuperación de una agresión en el ámbito de la salud, Marín destaca, que estos van a estar asociados a cada persona, ya sea el nivel de intensidad y el contexto de lo ocurrido. “Pero si más allá de la cuarta semana, el paciente sigue con sintomatología intensa, podríamos sospechar que nos estamos enfrentando a un trastorno de estrés traumático. Y para resolver eso, necesitamos ocupar las terapias cognitivas conductuales”, precisa.

Recomendaciones

Según el Dr. Marín, “lo más útil es reentrenar la respiración, contando cuatro tiempos al inhalar y exhalar, realizar deportes, vigilar la alimentación, cuidar la higiene del sueño, darle lugar a la relajación, saber cómo gestionar el estrés, evitar el alcohol y las drogas.”

El especialista menciona, sobre todo en el caso de trabajadores de la salud, lo importante también es evitar la automedicación. “Lo que un profesional me recetó en un evento pasado de agresión, puede no ser útil en el evento actual más reciente, por eso lo importante para los médicos y para todos los funcionarios de la salud que puedan verse afectados, es jamás auto medicarse y acudir a un especialista.”

En cuanto a la explicación de esta afirmación, Marín señala que existen algunos fármacos que dificultan el procesamiento por parte del cerebro del evento potencialmente traumático.

“Existen medicamentos que te podrían hacer sentir mejor solo en el corto plazo, pero que en el mediano y largo plazo pueden impedir que el cerebro procese lo que tiene que procesar, que es el elemento potencialmente traumático. En definitiva, lo relevante es que la automedicación no sirve y que el afectado debe acudir sí o sí a ayuda profesional con psiquiatras o sicólogos, pero que sean expertos en trauma. Esto es tremendamente relevante porque no todo psicólogo o psiquiatra es experto en trauma y lo recomendable es acudir a quienes tienen la especialidad”, concluye.