Colaboración en tiempos de crisis: Colmed al servicio de la pandemia

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Desde su creación y a lo largo de sus más de 70 años de historia, la institución ha ido más allá de lo gremial, participando en los debates de salud pública, expresando sus demandas y generando propuestas para solucionar problemas que afectan a médicos y médicas y también a los pacientes. Esta crisis no ha sido la excepción y desde el día uno, se ha puesto a disposición de la autoridad para colaborar, pero también para alzar la voz cuando la comunidad médica ha considerado necesario un cambio en la estrategia.


Por Daniela Zúñiga R.

La pandemia por COVID-19 ha golpeado con fuerza desde países pequeños a las más grandes potencias. Un virus desconocido, con un gran potencial de contagiosidad y letalidad, del cual la comunidad científica y el mundo entero siguen aprendiendo día a día, a punta de dolorosas lecciones que han costado miles de vidas en todo el planeta. Los gobiernos se han visto forzados a tomar decisiones drásticas de aislamiento social, para evitar la mayor propagación del mismo y el colapso de la red sanitaria, pues con la experiencia de Italia y España quedó en evidencia que la toma tardía de estas medidas podía disparar la transmisión, elevando así la cantidad de personas con cuadros graves y fallecimientos.

La globalización y la rápida expansión desde China -donde se originó el brote- hacia otros países, hacían preveer que era cosa de tiempo que el virus llegara al país, por lo que se comenzaron a tomar medidas para reforzar la red y vigilar el ingreso de viajeros, aunque de manera bastante laxa en un principio, mediante un cuestionario voluntario. Finalmente, el 3 de marzo se confirmó el primer caso importado en Chile, por lo que comenzaban a requerirse medidas más estrictas para evitar llegar a las peores proyecciones.

Esta amenaza llegó en un contexto social complejo, después de un estallido social que había reventado la burbuja del “oasis de Latinoamérica”, con una ciudadanía movilizada, autoridades e instituciones con baja aprobación, un plebiscito para definir una nueva Constitución agendado para el 26 de abril, y los temores de una reactivación de las protestas en el mes de marzo.

Comprendiendo este difícil escenario, en el que la autoridad debía comenzar a tomar medidas drásticas y de alto impacto en la cotidianeidad de las personas, el Colegio Médico de inmediato se puso a disposición de la autoridad para colaborar y les solicitó apoyarse en un grupo de expertos con conocimiento en pandemias, que dieran un respaldo técnico a sus decisiones, tanto ante la ciudadanía como la comunidad médica y científica. “Esto era de gran relevancia, considerando que, de acuerdo a la experiencia internacional, nuestro país iba a tener que empezar a tomar medidas cada vez más restrictivas, que para muchos podían ser vistas como una manera de acallar el movimiento social”, comenta la presidenta del Colegio Médico, Dra. Izkia Siches.

Primeras medidas

En enero, el Ministerio de Salud emitió alertas sobre COVID-19 a los departamentos de aduanas e inmigración para que detectaran los casos entrantes mediante un cuestionario voluntario, pero hubo muchos reportes de que este control no estaba siendo eficiente. Luego, el 2 de marzo se comenzó a exigir una declaración jurada obligatoria a todas las personas que ingresaran desde países afectados, no obstante, la cuarentena era opcional en un inicio y los controles a los viajeros fueron débiles y poco sistemáticos. A fines de febrero se decretó Alerta Sanitaria, lo que permitía disponer de más recursos económicos y humanos para preparar la red asistencial.

El 11 de marzo, la OMS declaró este brote como “pandemia”. Ese mismo día, el Presidente de la República convocó a un comité asesor de expertos compuesto por destacados epidemiólogos, salubristas y académicos, nombres que daban tranquilidad y fueron bien recibidos en la comunidad médica.

El 14 de marzo, se declaró la fase 3 y el día 16, fase 4. Ese día, el Gobierno anunció una serie de medidas para contener la propagación del virus y reforzar la red asistencial. También, la Presidenta de la Orden participó en una reunión con el Jefe de Estado y ex ministros de salud en La Moneda, para abordar la crisis. En la oportunidad, se presentó una propuesta de trabajo para enfrentar la crisis sanitaria COVID-19, que abordaba al menos 15 áreas que se consideraban necesarias para el enfrentamiento de la pandemia y se solicitó contar con informes epidemiológicos mucho más claros y completos. Asimismo, se hizo un llamado a la ciudadanía a evitar todo lo que fuera posible: misas, reuniones sociales, salidas al mall; y a los empleadores a implementar medidas de trabajo a distancia. La Dra. Siches recuerda que en esa primera reunión “le dijimos al Gobierno que necesitábamos una comunicación mucho más de riesgo, más efectiva y recuperar la confianza, enviar un mensaje claro y diversificar las vocerías”.

Si bien, desde el Colegio Médico, se calificó que las medidas anunciadas iban en la línea correcta, se pidió extremarlas aún más, porque el día de mañana todas las que podrían haber parecido exageradas, podrían ser insuficientes. A este llamado, se sumaron también los alcaldes, quienes comenzaron a tomar un rol cada vez más proactivo, definiendo cierre del comercio, suspensión de eventos y de clases y decretando cuarentenas preventivas.

En paralelo, el Colegio Médico comenzó a reunirse con los partidos políticos, para lograr consensos en torno a un necesario cambio en la fecha del plebiscito; con los empresarios, para pedir apoyo para que los trabajadores tuvieran facilidades para quedarse en sus casas o exponerse lo menos posible a contagios; y con organizaciones de la sociedad civil, para evitar nuevas manifestaciones públicas. Sobre ese momento, la Dra. Siches relata que “había que darle la confianza a la ciudadanía de que no había un ánimo de boicotear o utilizar políticamente esta pandemia”.

El 18 de marzo la presión logró nuevas respuestas. El Gobierno finalmente declaró el estado de emergencia y las fronteras se cerraron. Además, el Ministro del Interior convocó a alcaldes, rectores de universidades, exministros y al Colegio Médico a conformar la “Mesa Social COVID-19”. En ese momento, la máxima autoridad gremial señalaba que “hemos logrado el objetivo. Valoramos muy profundamente el esfuerzo que ha hecho el gobierno, el ministro Blumel y los alcaldes para crear un espacio de conversación dialogante que permita que los esfuerzos del gobierno se transformen en esfuerzo de Estado. Como Colmed nos ponemos a disposición de colaborar junto a sociedades científicas, los consejos regionales del país y a todos los profesionales para poder enfrentar la pandemia de Covid-19”.

La primera cuarentena se implementó en Caleta Tortel el 14 de marzo, tras el arribo de un pasajero de un crucero COVID+. Luego vino la Provincia de Chiloé, el 22; Rapa Nui, el 19; Puerto Williams y 7 comunas de la Región Metropolitana, el día 25. Así, sucesivamente, cada semana, el ministerio de Salud ha ido levantando o anunciando el ingreso de nuevas comunas en confinamiento, lo que la autoridad sanitaria ha definido como “cuarentenas dinámicas”.

El problema de los datos

Desde el inicio de la crisis, el Colegio y otros actores comenzaron a pedir mayor transparencia de los datos, para poder colaborar con el enfrentamiento de la pandemia. Fueron semanas tensas, en las que por diversas vías se presionaba para poder conocer el real estado de la situación. Finalmente, el primer informe con datos desagregados por comunas se publicó el 30 de marzo, casi a un mes del primer caso y con el tiempo ha ido aumentando en su nivel de detalles.

A pesar de que se ha avanzado, aún falta información sumamente relevante. Lo que se pide desde el Colegio Médico es tener acceso a las Bases de datos de nivel individual de casos COVID-19, anonimizados (sin RUT, nombre o dirección de los casos), incluyendo información de Epivigila (notificados, confirmados, exámenes, hospitalizaciones y fallecidos). En detalle, que incluya datos de características de las personas afectadas y de la enfermedad . Sin embargo, esto no se ha conseguido y la Mesa de Datos del Ministerio de Ciencia no avanzó en la materia.

“No se trata de una petición antojadiza. Los equipos de salud nos lo exigen, para tener mayor tranquilidad en cómo y por qué se estaban tomando las decisiones y cuál era el estado real de la pandemia en el país. En muchos otros países, estos datos se ponen a disposición de la comunidad científica, con el fin de que puedan analizarlos y aportar con propuestas. Lamentablemente, este hermetismo no solo limita la posibilidad de sumar apoyos técnicos para enfrentar la pandemia, sino que además suma desconfianzas a la ciudadanía”, explica la doctora Siches.

El Rol de la Mesa Social

La Dra. Izkia Siches ha participado representando al Colegio Médico desde la primera reunión, entregando en cada encuentro una minuta de propuestas y el estado de avance de las mismas. Este documento se desarrolla con el apoyo de Sociedades Científicas, expertos en salud pública y epidemiología, y de los regionales del Colegio Médico de Chile.

Para la Mesa Directiva Nacional, la principal limitante de la mesa ha sido la falta de un rol claro de rendición de cuentas a la ciudadanía sobre la estrategia de gobierno. Desde la tercera sesión, se ha solicitado que ésta tenga actas públicas y que se centre en conversar la estrategia de gobierno para enfrentar la pandemia. “Eso no se ha logrado. esto no se aborda y luego las organizaciones participantes se enteran por la prensa de las medidas de la autoridad sanitaria, como ocurrió con la nueva normalidad, cuarentenas, entre otras. Es por esto que se ha reiterado que este espacio debe ser para comunicar y explicar la estrategia adoptada, tanto en términos sanitarios como sociales, con el objetivo de sumar a los actores participantes a las medidas del ejecutivo, y poder tener retroalimentación de las mismas y su aplicabilidad y que sus integrantes puedan realizar las bajadas correspondientes y de manera clara a sus representados”, se indica en el documento sobre la evaluación del funcionamiento de esta instancia, difundido entre los colegiados y colegiadas el 6 de mayo.

También, se ha solicitado generar espacios de trabajo con otros actores sociales para dialogar sobre medidas especialmente sensibles para la ciudadanía, como el retorno a clases, regreso a funciones de trabajadores públicos/privados, entre otros; y potenciar el rol de Atención Primaria de Salud, especialmente en el testeo y en generar trazabilidad de casos y seguimiento de los contactos. Al cierre de este número, esto tampoco se había concretado.

Sin embargo, se han logrado avances en ciertos temas relevantes, como fue ampliar las licencias médicas a contactos o que se estableciera COVID como enfermedad profesional y el apoyo a los hijo/as del personal de salud, mediante permisos especiales para sus cuidadores.

Nueva normalidad y retorno seguro

Al cierre de esta edición, el país tenía 88% de ocupación de camas críticas y en la Región Metropolitana, esa cifra subía a 96%, a pesar del aumento en la capacidad de camas a más del doble de lo habitual y la adquisición de nuevos ventiladores mecánicos. La ilusión de un escenario “controlado” comenzaba a derrumbarse.

Semanas antes de esta fuerte demanda de la red asistencial, las autoridades gubernamentales comenzaron a hablar del regreso a una “nueva normalidad”, incluso a tomarse un café con los amigos, queriendo acelerar el retorno presencial a clases y trabajos. En paralelo, se planificaba la reapertura de centros comerciales. Estos llamados generaron desde el inicio el rechazo del Gremio e, incluso, del Consejo Asesor nombrado por el mismo gobierno, que manifestó su desacuerdo.

“La ansiada nueva normalidad o el regreso del retorno seguro que espera el gobierno posterior a todo este aumento de casos solo se va a lograr si tenemos un buen sistema de contención de casos y contactos. Sino, cualquier fenómeno de apertura va a ser muy difícil de seguir y esperamos nosotros que en este ejercicio de autocrítica que esta haciendo el gobierno puedan detenerse un minuto, analizar, escuchar otras voces y tomar otras iniciativas que no se han implementado hasta la fecha”, explica la presidenta de la Orden.

Apoyo de la ciudadanía

Si bien era de esperar que el Gremio médico tuviera relevancia dentro de la crisis santiaria y fuera una voz autorizada, por la naturaleza de su trabajo, la ciudadanía, además, ha depositado su confianza en nuestra institución.

Así lo demuestran algunos sondeos de opinión, que han incluido al Colegio Médico de Chile dentro de sus mediciones, como es el caso del estudio de Criteria Research, que en su estudio de marzo indicó que “los alcaldes, el Colegio Médico y los hospitales son considerados por las personas encuestadas como los actores que más oportunamente han reaccionado a la crisis”. Igualmente, en el de abril, el Gremio, nuevamente con estos otros actores, era percibido como un “actor muy relevante para enfrentar la pandemia, y al mismo tiempo, haciendo grandes aportes para superarla”.

Del mismo modo, la encuesta Data Influye de mayo, de TuInfluyes.com, aplicada entre el 17 y 19 del mismo mes, reveló que, luego de los alcaldes, nuestra institución era la mejor evaluada en términos gestión en el marco de la crisis sanitaria. También, indicó que el 64% de los consultados señalaba que la actual crisis debía ser conducida por una mesa compuesta por el Gobierno, alcaldes y el Colegio Médico de Chile.

Para Axel Callís, sociólogo y Director en TuInfluyes.Com, esto“obedece a un contexto mundial de devaluación o pérdida de confianza de las personas hacia sus instituciones, lo cual en el Chile ha estado muy agudizado sobre los últimos tres a cuatro años. Estudios han registrado la pérdida de confianza en todas las instituciones y en esta oportunidad con el Gobierno, fenómeno que no es de la pandemia, si no que venía desde antes del estallido social, el cual se adugidiza con lo sucedido durante los meses de octubre, noviembre y diciembre y se refrenda a partir de la gestión de la crisis sanitaria que vive Chile”.

En este sentido, explica que esta buena aprobación que logra nuestra institución se debe a que “la ciudadanía busca o trata de ser representada en términos de credibilidad por personas que no estén vinculadas a lo político. En este sentido, el Colegio Médico aparece, y sobre todo su presidenta, como una dirigenta absolutamente interesada en el bien común, sin negocios o una agenda particular, lo mismo pasa con los alcaldes, que son aquellos representantes que están más cercanos al sentir de las personas y en el cual los municipios han sido la puerta de entrada al estado, sobre todo en épocas de crisis”.

Desafíos post pandemia

Existe cierto consenso en que tras esta crisis es necesario abordar temas de fondo en materia social, económica y sanitaria, que posibiliten a las sociedades para enfrentar ésta u otras pandemias.

Mientras ello no ocurre, hoy la cotidianidad levanta innumerables necesidades y esta enfermedad termina golpeando otras áreas de la vida, teniendo importantes impactos socioeconómicos. La crisis abre una oportunidad de repensar el nuevo orden social, económico y político desde la solidaridad y colaboración, en base a un oponente que nos une en un mismo problema.

“Desde el Colegio Médico de Chile continuaremos trabajando activamente por proteger a las personas y asegurar las condiciones mínimas necesarias para discutir un cambio de estrategia. Mientras, como en el resto del mundo, seguiremos aprendiendo todos los días sobre este virus y agradeciendo a la ciudadanía y al personal de salud, que con su compromiso han evitado, hasta ahora, situaciones de colapso como se han visto en otras latitudes”, concluye la Dra. Siches.

*Fotos: Archivo Ministerio del Interior y Seguridad Pública