Dos posturas distintas, un mismo tema: ¿Cómo mejorar la salud en Chile? Responden a esta interrogante:
Debemos tener un plan garantizado de salud
Dr. Jaime Mañalich Muxi, Médico Cirujano con especialidad en Nefrología Gerente General Clínica Las Condes; ex Ministro de Salud (2010-2014)
La reforma tiene que enfocarse en el 80% que está en el sector público
Dr. Cristóbal Cuadrado Nahum, Sec. Técnico, Dpto. Políticas de Salud y Estudios, Colegio Médico de Chile. Profesor asistente Escuela de Salud Pública, U. de Chile
¿Cuál es su evaluación del sistema de salud público y privado?
Jaime Mañalich (JM): Por el lado de la prevención, educación, vacunas y nutrición, ha habido un éxito notable de parte del Estado. Pero con respecto a quiénes ya están enfermos encontramos claras deficiencias. Existe un desajuste estructural entre oferta y demanda. En el sistema público eso se manifiesta en la falta de acceso, reflejado en las colas y las listas de esperas. En el privado, en tanto, se ve en el aumento de los costos y los riesgos financieros que asumen los usuarios, que se empobrecen y quedan sin protección frente a enfermedades graves. Por otra parte existe un problema de oferta de especialistas, enfermeras y hospitales, que es muy difícil de mejorar.
Cristóbal Cuadrado (CC): El sistema de salud chileno se caracteriza por una gran segmentación en el cual existe un sector privado que tiene una gran cantidad de recursos y que en general puede dar una atención oportuna a su población y uno público que está crónicamente desfinanciado y donde el 80 por ciento de la población se ve claramente discriminado en términos del tipo de sistema de salud al que puede acceder. Esto tiene que ver con las lógicas de inequidad que existen dentro de las Isapres y Fonasa, y que es parte del diagnóstico que hacemos del sistema.
¿Cuál debería ser, a su juicio, el foco y los principales puntos que debe abordar la reforma de salud?
JM: Debemos consensuar un plan garantizado de salud que debe tener elementos de prevención obligatorios como el papanicolaou, la mamografía o la educación en colegios. A eso se debe sumar un paquete definido de atenciones garantizadas, sin diferencias de tarifas, ni por edad, ni por género, ni por ninguna condición y con libre movilidad entre aseguradores, ya sean públicos o privados. El plan AUGE es un buen inicio, pero no es suficiente.
CC: En entregar una respuesta integral al 80 por ciento de la población que está en el sector público y que son quienes tienen necesidades más urgentes. Se deben entregar más recursos y contar con una institucionalidad más fuerte; modernizar Fonasa para que pueda hacer mejor su función. Tenemos que incrementar las garantías con la lógica del GES. La red pública debe ser fortalecida y una de las formas es entregar más recursos.
La Comisión de Expertos, convocada por el Colegio Médico de Chile y la Escuela de Salud Pública, propuso un Seguro Nacional de Salud a cargo de un organismo autónomo. ¿Qué piensa de esa idea?
JM: No me parece la propuesta. Un plan garantizado de salud es el camino, pero un seguro nacional de salud a cargo de un organismo autónomo, pienso que es un planteamiento utópico y no me parece realizable en el corto plazo. Hay que reformar Fonasa, con autoridades designadas por el parlamento, inamovibles de sus cargos por un plazo y ese cambio es imprescindible para pensar en que se expanda como un seguro único nacional. Sin ese paso, no es viable.
CC: Un Seguro Nacional permite resolver las inequidades y discriminación. Los países que cuentan con él, como Corea del Sur, Taiwán y Canadá, son mucho más eficientes en costos de administración. Debe ser autónomo para dar garantías de transparencia y probidad y regirse por los más altos estándares de la administración pública, como Codelco o el Banco Central, que cuentan con cierto marco jurídico y legal, un directorio autónomo respecto a los ciclos políticos.
¿Cuál es a su juicio el rol que deberían cumplir las Isapres en la reforma a la salud? ¿Cree que la reforma planteada por el gobierno es suficiente?
JM: Lo lógico es que haya una reforma al sistema que cree el plan garantizado que no tenga preexistencias, que cuente con libre movilidad, con misma tarifa para todas las personas y eso debería legislarse muy rápidamente. La reforma del gobierno es insuficiente, pero es un primer paso. El gran cambio debe ser la transformación de Fonasa. Si un gran seguro de salud público lo hace bien, para qué vamos a tener varios sistemas, pero primero Fonasa debe dar prueba de que es capaz de manejarse bien para el 80% de los beneficiarios de Chile.
CC: Las Isapres, como pasa en muchos otros lugares con los seguros privados, pasan a entregar una cobertura complementaria a la que entrega el Plan de Salud Universal. Esto significa que si uno quiere acceder a una cierta hotelería distinta o una cobertura mayor en determinadas prestaciones que el Plan de salud no entrega, entonces uno puede contratarlo como una prima extra. Esto significa el 7 por ciento de la cotización obligatoria, más los impuestos que pagamos por salud va al seguro nacional.
¿Cómo evalúa el programa de Gobierno en materia de salud?
JM: Todavía no es claro el programa, falta definirlo, hay una mesa convocada para trabajar una reforma global. Es un espacio intersectorial que tiene plazo acotado, entonces hay que esperar sus resultados, pero todavía no hay una propuesta madura del gobierno.
CC: Estamos a la espera de los resultados de la mesa de trabajo que ha convocado el Ejecutivo. Llama la atención que hay varias propuestas que ya están implementadas o en proceso y no queda tan claro qué es lo novedoso. Aún no hay elementos para hacer un juicio negativo o positivo.
¿Está de acuerdo con la implementación de un plan de salud universal?
JM: Estoy completamente de acuerdo. Deberíamos atacar rápidamente enfermedades mentales o los desórdenes del ánimo porque en esa materia no lo estamos haciendo bien. El cáncer y todo lo que representan las enfermedades cardiovasculares, incluida la diabetes, deben priorizarse.
CC: Claro. Hace explícito lo que la ciudadanía puede acceder y exigir como beneficio social. La única manera de planificar sanitariamente un sistema de salud, es teniendo claridad respecto a lo que se debe financiar. Este plan debe ser amplio y debería incluir acciones preventivas, ya que nuestro sistema no lo contempla hoy en día.
¿Qué experiencia internacional debiera seguir nuestro país para mejorar su sistema de salud?
JM: Conozco el sistema de Canadá y para mí es el ejemplo más interesante. Es un único seguro público manejado por las provincias y con financiamiento a actores públicos o privados que compiten entre sí por los fondos del Estado. Es un sistema que lo ha hecho muy bien y es muy similar al de Australia.
CC: El de países que tienen sistemas nacionales y con cobertura universal sin discriminación, como en Reino Unido, Canadá, Corea del Sur y la mayor parte de Europa. Los países desarrollados han avanzado en modelos colectivos para resolver los problemas de salud de la población, donde la responsabilidad no es del individuo sino de la sociedad.