Dra. Andrea Schilling, Premio Médica Destacada 2024: “Me gusta la medicina, como amalgama de arte y de ciencia, que considera al ser humano de manera integral”

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El Colegio Médico, a través de su Departamento de Género y Salud, en el mes de marzo, realizó la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, ocasión en la que, como todos los años, otorgó un reconocimiento a las mujeres que han trazado un camino en el desarrollo científico y docente para sus pares y que este año recayó en esta destacada especialista gineco-obstetra.

Por Patricio Azolas Álvarez


 

La Dra. Andrea Schilling Redlich es una destaca y reconocida profesional, donde su área de expertis en docencia e investigación son anticoncepción, prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), Virus Papiloma Humano y vacunas, y aborto en tres causales. Asimismo, destaca por su interés y buen desempeño en diversas técnicas artísticas. Confiesa que desde niña tuvo este interés; participa en talleres y también hace escultura, aunque hay una técnica que con los años se ha transformado en su favorita. “Hice varias esculturas distintas en la Universidad Católica, pero al final lo que siempre he hecho y lo que más me gusta es el collage”.

Una de las características que han distinguido y resaltado la labor de la Dra. Schilling desde que se dedicó a la medicina, hace ya más de tres décadas, es su forma de relacionarse con sus pacientes. Siempre de manera amable, cercana y con un manejo clínico bajo la evidencia científica. En este sentido, la Dra. Schilling se define como una doctora más bien holística, pues señala que ve a la persona como un todo y que la ginecología y la ginecología infantojuvenil, particularmente, permiten preocuparse de la persona de manera integral, “más allá de la toma de un papanicolaou”, señala. Incluso recuerda que “desde la beca me demoraba el triple en el poli que mis colegas y en la clínica. Cuando el resto hacía consultas de 20 minutos, siempre realicé consultas de 40 minutos. Me importa también hablar con la persona, además de examinarla. Diría que es una medicina más, dentro de la especialidad; trato de ser una persona bien abierta y  libre de prejuicio”.

Dice que, a pesar de tener un abuelo gineco-obstetra y un papá pediatra, no tenía ese romanticismo por la medicina, incluso cuenta que había decidido no estudiar medicina porque los médicos eran los que más se separaban y porque en su etapa escolar estaba muy relacionada con la iglesia. Sin embargo, cuando cursaba tercero medio asistió a las habituales charlas vocacionales que realizan los colegios, y que en ese momento expuso, quien hoy es un destacado neurólogo y que en ese momento estaba pasando por embriología, y tras escuchar lo fascinado que él estaba de su carrera, este encuentro echó abajo todas sus barreras y terminó estudiando medicina. “Me parecía que era una carrera en la que uno puede hacer servicio público a las personas, se podía ayudar”.

Asimismo, respecto a su especialidad, la Dra. Schilling agregó en la carta que entregó a la comisión de becas de la UC para postular a gineco-obstetricia en 1998 que “me gusta la medicina, como amalgama de arte y de ciencia, que considera al ser humano de manera integral: tanto en su aspecto social, (como piensa de una sociedad compleja de la cual forma parte, influyéndola y siendo influenciado por ella); como en su aspecto psicológico, ya que el hombre posee un alma o mente susceptible de enfermar y que unido a esto considera al cuerpo físico, sus dolencias y problemas…”. Este extracto refleja lo que ha sido su extensa carrera profesional y su principal objetivo que es el buen trato al paciente, preocuparse de la persona como un todo y que ha sido su sello como especialista.

Esta destacada profesional nació en Osorno, pero lleva siete décadas radicada en Santiago; tiene tres hijos profesionales y se confiesa feliz con su actual pareja. Su sueño para Chile es que tenga menos conflictos y que deje de estar tan polarizado en estos tiempos.

Vacuna contra el Virus Papiloma Humano (VPH)

Usted es una experta sobre la investigación contra este virus, ¿cómo describiría su trabajo en este sentido?

Desde que salió la vacuna ha sido mi pasión. He participado en los protocolos fase tres randomizados de la vacuna nonavalente, en tres protocolos, así como hacer conferencias del VPH, del virus y de patología del virus, y de vacuna del virus a lo largo de Chile. También en los congresos de vacuna, de pediatría, de la sociedad infectología, de ginecología y por muchos hospitales haciendo conferencias porque encuentro que la vacuna es sumamente interesante. De hecho, acabo de estar, hace poco, en una reunión mundial organizada por laboratorios, pero que estuvo gente investigadora de muchas partes del mundo y fui a presentar la experiencia chilena, o sea, eran lecciones aprendidas de Chile en la implementación de la vacuna, en la vacunación para hombres y en la implementación de la vacuna. En Chile, cuando en el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) implementaron la vacuna, lo hicieron de manera muy, muy inteligente y presenté esa experiencia del país allá”.

“Creo que el inicio de la vacunación de VPH en Chile fue un poco más tarde que en otros países de la región, pero está bien pensada, se empezó con un esquema de implementación, que es un esquema con la segunda dosis al año”.

Además, la especialista destaca que “también hice un estudio respecto a la prevalencia y el diagnóstico de los condilomas, que son las verrugas genitales, a lo largo de Chile, (eso fue entre el 2013-2014) antes que se implementara la vacuna, y que nos sorprendió con que el resultado de la frecuencia de los condilomas o las verrugas, era el doble o triple de lo que pensábamos que era, y pienso para mí, que eso tiene que haber influido en la elección entre  las dos vacunas en esa época, porque una protegía contra las verrugas y la otra no. Diría que gran parte de mi carrera profesional, desde el 2007 en adelante, ha sido el Virus Papiloma 100%”.

A su juicio, ¿esta política pública podría catalogarse dentro de las más importantes que se han aplicado en este últimos 20 ó 30 años en el país?

A ver, es que las políticas de salud que se han aplicado en Chile son muchas. No me quiero meter con eso y restar importancia a otras, porque de eso entiendo demasiado poco. Pero claramente, creo que las políticas de vacunación en Chile son muy buenas, son bien pensadas, y ahí sí me aprovecho de esta tribuna. Creo que el inicio de la vacunación de VPH en Chile fue un poco más tarde que en otros países de la región, pero está bien pensada, se empezó con un esquema de implementación, que es un esquema con la segunda dosis al año, no a los seis meses como se hacía en casi todos los países; aquí se implementó con la segunda dosis a los 12 meses. Con la evidencia que había en esa época que eran unos estudios hechos en Vietnam, parecía ser súper bueno y además que facilita la implementación y reduce los costos de ésta, porque cuando tú vas y colocas la segunda dosis un año después y no tienes que ir dos veces al colegio en el mismo año. Con el tiempo se ha demostrado ahora con otros estudios, en cuyos protocolos de estudio también estuve involucrada, que la mejor dosis, la mejor manera de dar la vacuna, es colocando una dosis y la segunda un año después en los niños. Así que Chile eligió el esquema de dosis que es el mejor. Creo que eso fue hecho de una manera excelente y después se agregaron los hombres.

Sin embargo, a pesar de este avance, la Dra. Schilling, manifestó su inquietud respecto de la modificación de cambiar las dosis actuales a una, aunque señala que aún no ha habido una nota oficial del Ministerio de Salud sobre esta única dosis para este año. Agregó que “esto sería un gran error que Chile, en una tan brillante trayectoria de su programa nacional de inmunizaciones, ahora hiciera esto y no vaya a pasar lo que pasó con vacunas en el pasado que después tuvieron que volver a cambiar la dosis”.

Sin embargo, por ahora no hay un aviso oficial del Ministerio, pero a fines de junio llegó el aviso al consultorio, que este año, y eso sabíamos y esperábamos, se cambiaba de la vacuna cuadrivalente, que es una vacuna que protege contra cuatro Virus Papiloma Humanos, a la nonavalente, que es la que protege contra nueve, que es la mejor. Eso lo sabíamos y pensamos que es maravilloso. Esto lo esperábamos, porque el CAVEI que es el Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones, con el que también tengo mucho contacto, pero no soy parte, había sugerido que se mantuviera el esquema de dos dosis. Sin embargo, lo que llegó a los consultorios, aunque no ha habido una nota oficial del Ministerio, una nota pública oficial, repito, es que baja a una dosis y eso personalmente encuentro que es un gran error y ahí me siento un poco frustrada porque hace unas semanas estuve en Marruecos, diciendo que Chile se cambiaba a la nonavalente con dos dosis que es  el ideal en niños y lo que pasa es que la Organización Mundial de la Salud dijo que para las niñas, para la prevención del cáncer del cuello de útero, se podía usar una o dos dosis. No dijo una no más, dijo una o dos ¿Por qué? porque tiene todo un plan para poder erradicar el cáncer de cuello de útero y hasta ahora sólo entre el 13% y el 20% de las niñas del mundo tienen acceso a la vacuna. Obviamente se tiene que hacer la situación más asequible para todos esos países, sobre todo los de Asia y África, que no tienen vacuna. En nuestro continente Venezuela, Haití y otro país más en Centroamérica, son los únicos que no tienen vacuna.

Entonces, obviamente, diciéndo que pueden poner sólo una dosis en vez de dos, es una manera que puedan tener acceso, pero en general, los expertos estamos súper de acuerdo de que para aquellos países que ya tenemos dos dosis, el ideal es no bajar aún, porque la evidencia está, sirve para cáncer de cuello de útero en mujeres, pero no tenemos evidencia de que una dosis sirva para los otros cánceres, o sirva a los hombres.

Discusión sobre el aborto y el futuro de la medicina

Usted participó de la discusión del proyecto de ley sobre el aborto en tres causales y ahora el Ejecutivo presentará una iniciativa sobre el aborto libre, ¿cuál es su visión al respecto?

Asistí a reuniones con las comisiones de salud del Senado y de la Cámara Baja; fui de las que estuvieron hablando a favor que se pudiera legalizar el aborto en tres causales. Personalmente creo que es importante y a la gente que está en contra, siempre digo, el que exista una ley no obliga a nadie a hacerlo. O sea, que exista una ley de divorcio, nadie que no quiera divorciarse está obligado a divorciarse y que exista una ley de aborto tampoco obliga a nadie. Pero estamos en un país que es laico y que hay que comprender que hay personas que son ateas, que son agnósticas, que tienen otras religiones, que no tienen problemas morales con el aborto y tenemos que realizar normas para todos. No tengo problemas, creo que es una decisión de la mujer, así que creo que como legislador uno tiene que legislar para todos. Siempre coloco este ejemplo para quienes están moralmente muy en contra, y les digo desde que existe la ley de divorcio, les digo: ¿Te has sentido obligado por el Estado a divorciarte? y ahí no tienen respuesta.

“Estamos en un país que es laico y que hay que comprender que hay personas que son ateas, que son agnósticas, que tienen otras religiones, que no tienen problemas morales con el aborto y tenemos que realizar normas para todos”.

En la actualidad, varias universidades se han sumado en la creación de escuelas de medicina en el país. En este contexto, ¿Cuál es su visión de la medicina hoy en día?

La medicina ha perdido mucho como institución en el sentido del arte. La medicina no es solo una ciencia, también es un arte. Es un arte y una ciencia, y que se ha ido relegando cada vez en más ciencia y menos arte. Si piensas que un médico o profesional de la salud haga lo que tenga que hacer en 10 minutos, es difícil, muy difícil. O sea, si ya ni saludan a la persona, le dicen, súbanse ahí, le toman el “papis” y se les acabó el tiempo. Muchos dicen que la inteligencia artificial o un robot de IA puede contestar mejor y hacer mejor diagnóstico. Creo que, si la medicina continúa relegada sólo a ser una ciencia, claramente, al final no necesita médicos, lo puede hacer todo un robot de inteligencia artificial, por lo mismo, hay que recuperar el arte que está detrás. Somos seres humanos y nuestros pacientes son seres humanos. Si los vamos a tratar solo como objetos, como enfermos, como objetos de estudio, como ciencia, entonces que lo haga un robot. Esa es la medicina que lamentablemente veo en tantos médicos jóvenes… son brillantes, lo que saben ellos, incluso muchísimo más que yo, saben hasta el último paper, es impresionante; son máquinas en cuanto a conocimiento, pero su inteligencia emocional, su capacidad de saludar, de mirar a los ojos al paciente, de tomarle la mano y decirle cómo está, cómo está su nieta; son los menos. Esa es la parte que no es reemplazable por un robot, pero si siguen continuando con la otra medicina, van a ser fácilmente reemplazables.

“La medicina ha perdido mucho como institución en el sentido del arte. La medicina no es solo una ciencia, también es un arte. Es un arte y una ciencia, y que se ha ido relegando cada vez en más ciencia y menos arte”.

En el mes de marzo, el Colegio Médico y su Departamento de Género y Salud le entregaron el Premio a la Médica Destacada 2024 ¿Qué significó para usted este reconocimiento?

Me pasó un poco lo mismo cuando la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología, SOCHOG, me nombró maestra de la ginecología el año pasado. Me tomó por sorpresa, en el sentido de que todo lo que he hecho siempre lo realicé porque me parecía que es lo que hay que hacer. Me parecía que era lo obvio, lo natural, lo correcto de hacer y si quizás algunas cosas eran un poco adelantadas a la época, suena como súper anticuado decir eso, quizás tenga que ver con mi mentalidad un poco más gringa, o cabezadura capricornio, no sé, siempre me pareció que era lo obvio, lo natural. Hay personas que se establecen una meta y dicen, okey, quiero llegar a ser maestro, quiero llegar a ser Premio Nobel, y entonces hacen las cosas según eso. Yo en realidad no, yo decía que alguien tiene que decir basta, hay que hablar a favor del misoprostol, hay que salir a pelear por el aborto de tres causales, alguien tiene que hacerlo y me parecía que era lo correcto, o tantas otras cosas. En la ginecología, me acuerdo haber dicho a los becados en un comienzo, o sea, escuchaba a un becado y le decía, no quiero escuchar diciéndole a una señora, abre las piernas; eso es inaceptable. Estoy hablando hace 30 años. No existía el concepto de violencia de género, ni de nada. Eso no puede ser, eso es sumamente violento. Lo correcto es que digamos, lo digno de una persona, por eso entonces parecía que así tenía que ser lo correcto, pero no porque supiera que había una medicina de género.


Dra. Andrea Schilling Redlich

Ginecóloga Infantojuvenil y, además de atenciones clínicas, ha trabajado en docencia e investigación. Desde el inicio de su carrera (hace 35 años) ha destacado por su forma de relacionarse con sus pacientes: niñas y adolescentes. Sin absolutamente ningún prejuicio y con un tono amable, pero decidido; con un manejo clínico estrictamente apegado a la evidencia científica actualizada.

Sus principales áreas de expertise corresponden a anticoncepción, prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y de la vacuna contra el Virus Papiloma Humano. Ha participado en grupos de expertos para el desarrollo de tareas específicas de salud, en temas como anticoncepción en adolescentes, anticoncepción de emergencia, aborto en tres causales, vacunas VPH.

En 1997, forma la Unidad de Ginecología Infanto Juvenil de la Clínica Alemana de Santiago. En el año 2000 congrega a un grupo multidisciplinario de 8 profesionales y funda el Centro de Adolescencia. Hoy, 23 años después, 41 profesionales trabajan ahí.

Su fuerte vocación en la docencia y acción social la ha llevado a hacer más de 200 clases en hospitales de Arica a Puerto Montt, a internas, internos y becados de todas las universidades. Tiene 32 publicaciones indexadas. En 2010, empieza a formarse como investigadora clínica y a trabajar en ensayos clínicos. Hizo cursos de Bioestadística, epidemiología, y conducción de ensayos clínicos en Harvard, la University College of London y la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo.

Sin embargo, la Dra. Schilling es una persona integral más allá de la medicina. Hizo un diplomado en arte, mención escultura, en la Universidad Católica. Trabajo que se materializó en su exposición de collages “De tabúes y temas políticamente incorrectos”. También viajó a Australia como voluntaria en un proyecto de reforestación de Bosque Nativo.

Es Miembro de Ginecólogas Chile y fue galardonada como Maestra Chilena de Ginecología y Obstetricia en 2023. Asimismo, el Colegio Médico de Chile y su Departamento de Género y Salud le otorgó el Galardón como Médica Destacada 2024, por su enorme contribución a la medicina e investigación y, además, servir de inspiración con su valioso trabajo a tantas generaciones de médicas y médicos.