Por Patricio Alegre
Hablar de salud ambiental y ginecología en el norte de Chile resulta imposible sin tener que destacar el imborrable legado del Dr. Aliro Bolados Castillo. Pionero de la ginecología en Antofagasta, formador de generaciones de especialistas y expresidente del Colegio Médico Regional, fue también uno de los principales impulsores de la lucha contra la contaminación ambiental y la construcción del nuevo Hospital Regional.
El doctor Aliro Bolados Castillo nació en Antofagasta en 1939 y estudió en el Colegio San Luis. En 1957, ingresó a la Carrera de Medicina en la Universidad de Concepción.
Una vez que se recibió, trabajó tres meses en el Hospital de Lota y luego fue destinado como Médico General de Zona (MGZ) al Hospital de Lebu. Terminado este período, realizó su beca de Ginecología y Obstetricia en el Hospital del Salvador en Santiago, donde aprendió al arte de su especialidad de su gran maestro, el Dr. Luis Tisné.
Fue Jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Regional de Antofagasta, Director del Hospital de Antofagasta durante el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle y destacado miembro de la Sociedad Chilena de Ginecología y Obstetricia.
El Dr. Bolados, cansado de discutir con el mundo minero por las malas condiciones de salud en Antofagasta y sus nueve comunas, y ante el incumplimiento de los planes de descontaminación y la creciente incidencia del cáncer, visualizó y enfrentó sin vacilaciones el problema sanitario, cuyas consecuencias siguen preocupando al gremio médico.
En el 2014 recibió la primera denuncia de contaminación por concentrados, ante la inminente construcción de un gran galpón destinado a acopiar concentrado de cobre ultrafino en el Puerto de Antofagasta, en pleno centro cívico de la ciudad. En una zona afectada por el consumo de agua con arsénico, entre 1958 y 1970; el acopio de plomo en los patios del FCAB, cuya crisis estalló en 1998; las quemas del basural La Chimba, el Dr. Bolados denunció la situación ante los medios de comunicación como “el tiro de gracia a la frágil salud de Antofagasta y la región”.
Así, movilizó a toda la comunidad, y junto a ciudadanos y otros colegas dio origen al movimiento “Este polvo te mata”, el cual logró movilizar de manera pacífica a 17 mil antofagastinos en las sucesivas marchas organizadas por pleno centro de la ciudad, haciendo que tomaran conciencia del riesgo a que se enfrentan hasta hoy.
El esfuerzo del Dr. Bolados tuvo sus frutos en una serie de millonarias sanciones y sumarios adoptados contra la empresa a cargo de operar el puerto y el galpón. Además, se les obligó a encapsular su acopio y transportes, además de cerrar un galpón trasero más pequeño, que fue sindicado como el origen de la polución más aguda verificada por el Colegio Médico de Antofagasta y el Instituto de Salud Pública, en el inicio del conflicto. Sin embargo, el galpón sigue en pie, pese a ser multado en innumerables oportunidades y a la evidencia científica del riesgo que representa.
Su activismo no fue solo gremial. El Dr. Bolados sufrió de cerca los efectos de la contaminación: Su padre, trabajador portuario, falleció producto de un cáncer pulmonar. Esto lo motivó, junto al químico ambiental de la Universidad de Antofagasta -también fallecido- Domingo Román, a realizar estudios pioneros sobre metales pesados en placentas y cordones umbilicales, cuyos resultados verificaron la alta presencia de metales pesados, y que fueron censurados por décadas.
Como presidente regional del Colegio Médico, también encabezó la campaña por un nuevo hospital para Antofagasta. Gracias a esta gestión, hoy la ciudad cuenta con dos recintos hospitalarios: el Hospital Regional y el Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta, legado que permitió enfrentar con mayor capacidad la pandemia del COVID-19 y continuar formando médicos para el norte del país.