Huelgas de hambre: Un desafío para el ejercicio médico y los Derechos Humanos

44

Dr. Pablo Jiménez

Presidente Depto. Derechos Humanos


Reconocidas internacionalmente como una forma de denuncia y protesta pacífica, las huelgas de hambre en Chile por parte de personas privadas de libertad son un fenómeno cada vez más común. Además de enfrentarse a la opinión pública, este método de lucha plantea diversas disyuntivas en temas de Derechos Humanos, relevando dimensiones en materias médicas, éticas y judiciales.

Las huelgas de hambre pueden ser líquidas o secas. La primera refiere a la abstinencia de forma voluntaria sólo de alimentos, mientras que la segunda, también contempla todo tipo de líquidos. Las personas que realizan este tipo de protestas casi nunca desean morir, pero algunas pueden estar preparadas para hacerlo con el fin de lograr sus objetivos.

Cuando los reclusos que se encuentran realizando esta práctica sufren descompensaciones, deben ser llevados al servicio de urgencia más cercano. En ese momento es donde nace un dilema para el médico tratante: alimentar a la persona en contra de su voluntad, para impedir eventuales daños permanentes en sus órganos o incluso la muerte, o bien, respetar su decisión de no ingerir comida aceptando todas sus consecuencias.

A pesar de que existen algunos fallos donde se ordena la alimentación forzosa de los reclamantes, la huelga de hambre plantea cuestiones fundamentales que confrontan con la autonomía individual. Bajo este contexto, la 43° Asamblea Médica Mundial de Malta determinó una serie de principios sobre cómo los médicos debemos afrontar estas situaciones, donde destaca el comprobar la verdadera intención de la persona, el respeto a la autonomía, el equilibrio de los beneficios y daños potenciales, incluyendo el respeto de los deseos personales y también promover su bienestar.

De igual forma, señala que la alimentación forzada nunca es éticamente aceptable, incluso con la intención de beneficiar. La nutrición bajo amenazas, presión, fuerza o uso de restricción física es una forma de trato inhumano y degradante. Frente a la ocurrencia de estos casos, como Departamento Nacional de Derechos Humanos le sugerimos a los colegas de los hospitales no actuar solos. Ante el ingreso de personas en huelga de hambre, se debe activar el Comité de Ética Asistencial y comunicarse con el Departamento de Ética y de Derechos Humanos regional o nacional, además de coordinar reuniones telemáticas conjuntas.

De esta manera, se puede obrar con el respaldo y conocimiento debido, anticipando escenarios complejos con la persona en huelga o bien su familia, la comunidad, la Justicia y las autoridades. Como Colegio Médico estaremos siempre proporcionando nueva información sobre esta temática, desde un enfoque sanitario, ético y desde el respeto a los derechos humanos.