La presencia de médicas y médicos en espacios de gestión resulta indispensable para enfrentar los desafíos sanitarios del país. Sin embargo, la ausencia de incentivos y la inestabilidad laboral de un sistema poco flexible han hecho que estos cargos sean cada vez menos atractivos para los facultativos. Un diagnóstico compartido por la gran mayoría y, a su vez, un nuevo desafío que implica un cambio de paradigma si queremos conseguir el anhelado equilibrio entre eficiencia y justicia sanitaria.
Por Marcos Santis Hernández
Una organización de atención médica es una estructura compleja por naturaleza, que convive con múltiples escenarios de presión. Por una parte, las crecientes necesidades y exigencias de sus pacientes y, por otro, costos al alza y recursos limitados. Siempre con la necesidad de cumplir sus metas de manera oportuna y eficiente.
Históricamente, fue rol de médicos y médicas liderar este tipo de organizaciones y ser el nexo entre las distintas unidades que la componen. Su conocimiento sobre la organización del sistema, sumado al reconocimiento social que tienen, los convertían en candidatas y candidatos perfectos para estar a la cabeza de estos importantes proyectos. Sin embargo, durante las últimas décadas algo cambió.
“Desde un tiempo a esta parte, por lo menos 10 años o más, los médicos han ido abandonando la postulación a estos cargos. En general, muy pocos postulan a la Alta Dirección Pública, y esto no se debe a que no califiquen para el cargo, no avancen el proceso de selección o no lleguen a las ternas. Se debe, principalmente, al poco interés por ocupar estos cargos”, señala el médico salubrista y tesorero nacional del COLMED, Dr. Carlos Becerra.
Sin duda, esto obedece a deficiencias de un sistema que no genera incentivos para la participación de las y los facultativos: poca o nula estabilidad laboral, rigidez de los procesos, ausencia de incentivos económicos y falta de continuidad para generar una “carrera funcionaria”.
“No estamos diciendo que todos los directivos deberían ser únicamente médicas y médicos, pero sí volver a poner en valor la presencia de un buen médico gestor. La formación médica te prepara para ser líder o lideresa, no solo en términos técnicos, sino también para ser capaz de tomar decisiones duras en el día a día. Los equipos esperan ese tipo de liderazgo de parte nuestra con el manejo y priorización de recursos, siempre con el fin de utilizarlos de la manera más eficiente posible”, agrega la presidenta del Gremio, Dra. Anamaría Arriagada.
¿Qué entendemos por mirada sanitaria?
La mirada sanitaria en salud se refiere a un enfoque integral y preventivo que considera tanto los factores médicos como los determinantes sociales, ambientales y económicos que afectan la salud de una población. Se centra no solo en el tratamiento de enfermedades, sino también en la promoción de la salud, prevención de riesgos, equidad en el acceso, gestión de políticas de salud pública y la mejora de la calidad de vida de las personas. En resumen, busca abordar la salud desde una visión amplia que integra múltiples factores, priorizando el bienestar colectivo y la prevención antes que solo el tratamiento.
“Hablamos de un principio básico de la ética médica o clínica, que es la justicia sanitaria, que se traduce en la asignación justa de recursos. Eso es mandatorio, porque tiene que ver con asegurar recursos para brindar atención de pacientes en la medida que lo necesiten. Es decir, usarlos bien, indicarlos bien, también habla de proteger la vida de las personas. Ese principio básico tiene una relevancia creciente en un mundo donde cada vez hay más cuidados de la salud, las tecnologías son más caras y con necesidades de salud pública que se van complejizando, en la medida que la población va envejeciendo, migrando, enfrentando pandemias y experimentando las consecuencias del calentamiento global”, describe la Dra. Arriagada.
La gestión en salud implica la administración eficiente de los recursos disponibles, como presupuesto, personal, infraestructura y suministros, con el fin de brindar servicios de calidad a la población. En el ámbito de la salud, la clave de una buena gestión radica en la capacidad de priorizar estratégicamente el uso de estos recursos para maximizar el impacto. “Si la gestión en salud fuera solo una tabla Excel, no tendríamos deuda en los hospitales y no estaríamos hablando del presupuesto como estamos hablando ahora”, reflexiona el Dr. Mauricio Osorio, secretario nacional del COLMED.
“Cuando un médico decide dejar al paciente dos días más hospitalizado, tiene que ser muy bien pensado, porque está jugando con un recurso que es muy apetecido, que es esa cama. Tomar en cuenta los recursos es una obligación del clínico y, claramente, del gestor. Es muy importante que los médicos lo ejerzan, porque, de alguna manera, nuestra profesión tiene una mirada que es capaz de asignar recursos, tomando en cuenta también la salud de las personas, que conoce el impacto que tiene una medida que se adopta o que se resta”, profundiza la presidenta de la Orden.
Gestionar para transformar
“En organizaciones hospitalarias, en que su ethos es tratar situaciones de salud, diagnosticar y proponer planes de tratamiento, un médico tiene condiciones particulares para que esa lógica se entienda bien”, enfatiza la Dra. Begoña Yarza, quien fue directora del Hospital Pediátrico Dr. Exequiel González Cortés (HEGC), entre julio de 2009 y julio de 2018.
Este recinto es uno de esos lugares que logró matizar la monumentalidad de una imponente estructura con la calidez de sus espacios, diseñados para demostrar la dedicación de todos quienes dan vida al proyecto. Sus distintos pisos son un recorrido lleno de colores por la geografía de nuestro país, con murales y señaléticas fruto del trabajo en conjunto de artistas y pacientes. Una apuesta estética que no se centra en lo banal o el diseño, sino en generar espacios que permitan enfrentar de una forma humana las dramáticas historias que se entretejen en sus pasillos.
“Pensamos en un espacio respetuoso e íntimo respecto a la muerte digna. Todo lo que tiene que ver con un niño fallecido es muy doloroso para la familia y para la institución. Pusimos unos muebles como si fuera un pequeño living, le pusimos café y entrenamos al personal de anatomía patológica para que les dijeran ¿quieren un café?, ¿quieren un té? Aquí les dejamos agüita y unas grullas pintadas de unos colores preciosos en toda la sala”, relata emocionada la Dra. Yarza. Quienes la conocen señalan que el hospital tiene mucho del sello que marcó su gestión, cargo al que llegó por Alta Dirección Pública.
“Mirando los GRD nos dimos cuenta de que teníamos estancias altas en las apendicectomías. Hablamos con los cirujanos y la mitad de ellos eran expertos en cirugía laparoscópica y la otra mitad operaban mediante cirugía convencional; los segundos lograban realizar más operaciones en el día (la operación convencional es más rápida) pero las consecuencias eran que los niños pasaban más tiempo en recuperación en el hospital y existían más riesgos de complicaciones. Entonces capacitamos a los médicos en laparoscopía y les mostramos cómo eso impactaba en la recuperación y en menos días de cama”, recuerda.
La Dra. Begoña Yarza actualmente es la directora del Instituto Nacional del Tórax, donde fue seleccionada a través del sistema de Alta Dirección Pública, convirtiéndose en la segunda mujer que desempeña dicho cargo y la primera a través de ADP. “Estamos planificando el diseño del nuevo Hospital del Tórax. Mi sueño es que construyamos uno atómico, con 13 pabellones, que es la capacidad para resolver las brechas de cirugía oncológica torácica, cardiovascular complejo y trasplantes de pulmón. El proyecto contempla 20 departamentos para que cuando los pacientes o la familia de un paciente que está esperando un trasplante durante meses hospitalizado pueda venir a acompañarlo. Nosotros nos imaginamos un Tórax muy moderno, con mucha capacidad tecnológica, liderando temas de investigación y docencia”, relata visiblemente entusiasmada.
Doble click al proceso de formación
Uno de los grandes desafíos en el proceso de formación de médicos y médicas radica en motivar a las nuevas generaciones respecto al impacto que tiene su presencia en cargos claves, el volver a ocupar esos espacios donde se toman decisiones y desarrollan las políticas sanitarias que van en directo beneficio de un número importante de las personas que viven Chile.
“La formación médica es cada vez más compleja. El conocimiento se pone obsoleto en poco tiempo, por lo tanto, tenemos que enseñar al alumno de medicina aprender a aprender, a saber cómo elegir la mejor manera de tratar a su paciente, analizando bien la evidencia, entender lo que son los conflictos de interés, pero tenemos que darles herramientas éticas, de sustentabilidad y de gestión”, reflexiona la presidenta del gremio.
En esta línea, enfatiza que “debemos generar proyectos que convoquen y sumen a profesores apasionados en el área de gestión. Formadores que puedan enseñar de una manera potente e inspiradora cómo un buen gestor en salud puede transformar una institución. Hace años, hubo una serie de personajes que vinieron a transformar los hospitales en empresas y los servicios en centros de costo. Empezamos a hablar de unidad de producción, de balance scorecard, pero ¿cuánto perdimos ahí? Harto. En mi opinión, hoy estamos un poquito de vuelta. Queremos hablar de nuestros hospitales como centros de salud, de servicios clínicos y no de centros de costo. Volver a relevar que no se trata de unidades de producción, que se trata de camas, donde hay pacientes, pero recogiendo todos los elementos de eficiencia”.
Una línea argumentativa que no transita solo por los anhelos de la máxima autoridad gremial, ya que en su análisis busca hacer “doble click” en las herramientas actuales con que cuenta el sistema, pero con una mirada flexible, respecto a la adaptabilidad necesaria para hacer frente a los desafíos que enfrentamos actualmente como país. “Debemos mirar el GRD, analizar los indicadores que nos entrega. El GRD está siendo impulsado por Fonasa y las clínicas lo están incorporando, para justamente establecer una relación más simétrica. Debemos apuntar a la optimización de los recursos, pagando lo que las cosas realmente cuestan, para que así podamos hablar en iguales términos de eficiencia y con estándares aterrizados a nuestra realidad local”, concluye.
“El giro de nuestra actividad es relaciones entre personas”
El Dr. Jorge Canteros fue nombrado en enero de este año por el Servicio de Salud del Maule como director subrogante del Hospital de Curicó, centro de salud que conoce muy bien, pues aparte de su trabajo clínico, tuvo un periodo anterior a la cabeza de la institución, a través de un cargo de ADP. Gestión que estuvo marcada por el proyecto de reposición del hospital, instancia en la que diversas autoridades coincidieron en que se evidenció un avance concreto durante su mandato.
“Conozco el hospital, sé cómo funciona las 24 horas del día, porque he estado en la noche, el fin de semana. No me tienen que contar lo que ocurre. Esa experiencia es de vida. Tú puedes hacer diplomado, magíster en gestión, pero nunca vas a aprender lo que allí ocurre. El giro de nuestra actividad son las relaciones entre personas. Una de ellas con fragilidad, porque está enferma, y otra, en este caso el médico, que tiene un saber. Ese entendimiento de las cosas es muy difícil que lo puedas tener en otra profesión distinta a la medicina”, afirma el Dr. Canteros.
Desde 2012, el actual director (s) del Hospital de Curicó ha compatibilizado su trabajo clínico con la gestión, ocupando diversos cargos. Con conocimiento de causa reconoce que no existen los incentivos necesarios para hacer de estos puestos un lugar atractivo. “El asumir roles de gestión no puede significar un detrimento sustantivo en la remuneración de nuestros colegas. Y eso obviamente se ha transformado en un impedimento para que muchos asuman cargos de liderazgo. En el hospital hay muchos profesionales jóvenes y me gustaría que a futuro lideren nuestra institución, pero sin castigarlos en sus carreras profesionales. Que esta decisión no interrumpa ni desvíe sus carreras”, señala.
La voluntad y el compromiso de médicas y médicos de volver a ocupar estos espacios debe ir de la mano de mejores condiciones laborales, transparencia de los procesos y estabilidad que permita desarrollar los proyectos. El capital humano, la valoración de la experiencia y el marcado tipo de liderazgo aportado por la comunidad médica no puede depender únicamente de la vocación de quienes decidan aventurarse en el servicio público, quedando a merced de los vaivenes políticos de la autoridad de turno.
“No todos los cargos son claramente políticos o técnico-políticos. De hecho, la ley dice que cargos como subdirector médico de servicio y subdirector médico de hospital sólo pueden ser ocupados por médicos. Por otro lado, puestos como director de hospital también -en general- son cargos más técnicos, pues no están necesariamente vinculados a la contingencia política. Podemos conversar si el cargo de director de servicio pudiese tener una connotación más política, por cierto que sí, pero estos otros son diferentes. El 80% de los colegas están bajo la modalidad a contrata, no de planta, por lo que presentarse y ganar un concurso ADP significa perder su cargo, entonces, ¿qué se puede hacer para que efectivamente participen en los concursos y quieran quedarse después? Eso es algo que otros países sí han logrado interpretar”, relata el Dr. Mauricio Osorio, secretario nacional del Colegio Médico.
Este análisis apunta a que debería transformarse la institucionalidad, generando las condiciones para construir una carrera funcionaria con el objetivo de incentivar la permanencia de los profesionales que optan por dedicarse a la gestión en salud. “Así, las y los colegas pueden ir consolidando su experiencia y trayectoria laboral, que permite un desarrollo profesional. Todo esto, por supuesto, acompañado de instrumentos de evaluación claros con los cuales miden la gestión y resultados; indicadores por los que, obviamente, también pueden ser removidos de sus funciones. Actualmente, no hay incentivo desde el punto de vista de la carrera funcionaria, porque son cargos de confianza; lo que atenta desde el punto de vista de la estabilidad. Además, la permanencia en estos cargos tampoco computa para algunos beneficios que son importantes para el gremio”, enfatiza el secretario nacional.
Un diagnóstico que comparte la Dra. Yarza. “Es importante modernizar la Ley Médica y hacer una ley única que te permita ir sumando atributos a tu carrera. Cuesta muchísimo conseguir médicos en el Servicio Médico Legal ¿Por qué? Porque no son parte de la carrera de la Ley Médica. Lo mismo pasa en el Ministerio de Salud y, por supuesto, que desincentiva a que ocupen esos cargos”.
La Directiva Nacional del Colegio Médico, en reuniones formales con la Ministra de Salud, ha manifestado su preocupación por este tema. “La Dra. Aguilera comparte el diagnóstico que faltan médicos en las Seremi, en el ISP y muchos otros espacios sanitarios donde hoy no estamos. El Minsal reconoce que su quehacer sería mucho más eficaz si contara con una masa crítica de médicas y médicos dedicados a gestión. Es una necesidad y una sensación muy compartida”, enfatiza la Dra. Anamaría Arriagada.
Cambiar esta realidad es un gran desafío para el Gremio. La experiencia ha demostrado que, en paralelo al liderazgo médico, el aumento de la formación médica facilita la llegada de nuevos profesionales a zonas donde habitualmente no los había. Esto aumenta la oferta de especialistas tanto en centros públicos como privados, beneficiando directamente a la población de estos nuevos polos de desarrollo sanitario. Estas variables contribuyen significativamente a mejorar los índices de calidad, acceso y equidad en salud.
El desafío, entonces, es impulsar este cambio, generando mejores condiciones laborales para los médicos, ya que las justas demandas gremiales impactan positivamente en la calidad de vida de toda la población.