Por: Natalio Rabinovich V.
Cinco millones de personas ya recibieron, al menos, su primera inoculación en el país, pero pese al exitoso proceso que ha sido destacado en el mundo, se vive un enorme contrasentido: un alza de casos a niveles del primer gran peak de la enfermedad hace que las expectativas vuelvan a contraerse. ¿Estamos cerca del fin de la pandemia? al parecer, las recetas todavía no son lo suficientemente certeras.
Contra el tiempo. A toda máquina. La carrera por desarrollar vacunas contra el Covid-19 ha sido una de las más veloces en la industria médica y científica de las últimas décadas. Los estragos que causó en la población la pandemia por COVID19, hizo que muchos laboratorios buscaran una vacuna con el fin de contrarrestar todo el daño provocado por el virus: paralización de actividades económicas, restricciones nunca antes vistas de movilidad para un incontable número de personas, un colapso sanitario global y millones de muertos y de contagiados.
Si el virus atacó de forma brutal a los Estados, sin considerar si se enfrentaba a naciones ricas o pobres, la búsqueda de la solución no sería tan transversal. Los países, atentos a cada novedad de una posible solución para la enfermedad, empezaron a jugar sus cartas, mucho antes que se supiera incluso, si llegarían a ser efectivas, si contarían con la capacidad de producción y distribución necesaria para el requerimiento global.
Chile fue de ellos. El Gobierno negoció rápidamente con varios laboratorios, poniendo sus fichas en diversas canastas. Apostó por Pfizer – BioNtech, Sinovac, Astrazeneca, Oxford, entre otras. Tempranamente el Ejecutivo daba cuenta de las veloces gestiones para empezar el proceso de vacunación e, incluso, se puso metas que parecían fuera de cualquier rango: 5 millones antes del 31 de marzo y el 80% de la población al terminar el primer semestre.
Y si bien con la primera dosis, al cierre de la presente edición, ya se había cumplido la primera meta en forma exitosa y con halagos de todo el mundo, aún resta mucho para la anhelada inmunidad. En paralelo a la llegada de más vacunas, al trabajo de científicos nacionales para elaborar la primera de origen nacional y el excelente e histórico trabajo que se ha desarrollado en materia de logística desde la red de Atención Primaria de Salud, vino una crisis silenciosa.
El éxito en la vacunación se encontró de frente con cifras que llevaron las expectativas a un nuevo golpe de realidad: los contagios de Covid19 volvieron a los niveles del peor peak de la pandemia, en junio pasado, bordeando los 6 mil casos diarios y superando las 100 muertes cada 24 horas.
Una nueva esperanza
El 24 de diciembre la TENS, Zulema Riquelme, fue la primera persona en ser vacunada en Chile. En esa última semana de diciembre, miles de trabajadores de la salud comenzaron a recibir las primeras dosis. Ya para febrero, comenzaría el proceso en la población que hasta la fecha ha sido la más golpeada. Los adultos mayores comenzaron a recibir la inoculación por grupos etarios y de enfermedades de riesgo.
Estos dos segmentos requerían de forma urgente protección ante el difícil año 2021, unos para ser nuevamente la primera línea de combate al virus y el otro para bajar la tasa de mortalidad.
Jeannette Dabanch, presidenta del Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones (CAVEI), explica que “hasta la fecha, se han ido cumpliendo las poblaciones priorizadas a vacunar. El objetivo fundamental es proteger primero a quiénes presentan mayor riesgo”. Además, agrega que el comportamiento de la ciudadanía ha sido fundamental. “Se debe destacar la adherencia de la población, que se ha vacunado de manera ordenada e informada y que lo ha hecho de forma muy cuidadosa, sin aglomeraciones. Salvo algunos hechos puntuales en donde no se contó con el stock suficiente de la vacuna, la tarea ha sido cumplida de forma muy adecuada, especialmente porque los equipos de vacunadores han trabajado de forma increíble y muy en línea con las recomendaciones que ha hecho el ente técnico, que para nosotros es el Programa Nacional de Inmunización”.
La causa comenzó a desdibujarse por el desapego a ciertas lógicas sanitarias, como fue el hecho de postergar a personas con enfermedades crónicas, dándole prioridad a sectores productivos que, más allá del lobby y gestión política poco tenían que ver con las poblaciones de mayor riesgo.
En redes sociales las campañas del terror no se hicieron esperar, se desparramaron “fake news” con supuestos efectos secundarios graves. Incluso en sondeos de opinión como la encuesta Data Influye, el porcentaje de personas que no quería vacunarse llegó a superar el 30%.
“Todo producto, aunque tengamos todos los datos de seguridad, puede tener algún efecto asociado a la administración de la vacuna, por eso se es tan estricto en lo que se llaman los eventos asociados y a la administración de inmunización y vacunas, que se llama ESAVI”, comenta la Dra. Dabanch. Hasta la fecha, los efectos “encontrados fueron enrojecimiento, dolor, o un poco de malestar, pero nada fuera de lo normal que acompaña a cualquier proceso de vacunación. No hemos tenido, afortunadamente hasta ahora, eventos adversos serios”.
Para mayor confianza de los equipos médicos, desde la Superintendencia de Seguridad Social y en relación con la cobertura de la Ley 16.744, especificaron, ante un ordinario del Servicio Metropolitano Norte, la total cobertura de dicho seguro.
Begoña Yarza, presidenta del Departamento de Trabajo Médico, dice de forma clara: “esta respuesta es consistente con lo que anteriormente había manifestado esta Superintendencia con relación a la cobertura de la Ley 16.744, en tanto enfermedad y contacto estrecho con COVID19 para los trabajadores de la salud; y las reacciones adversas que se presenten en relación al programa de vacunación en los trabajadores de la salud, estarán cubiertos por esta ley como parte de riesgos laborales y cobertura de enfermedades profesionales”.
“Así que tendríamos una noticia que a nosotros nos parece relevante en términos de cobertura y riesgo y que nos gustaría que nuestros médicos la conozcan y que además puedan informarla al resto de los trabajadores de la salud”, destacó la Dra. Yarza.
Comunicación de riesgo
Mientras el Gobierno sigue negociando para conseguir vacunas de nuevos laboratorios (el Canciller asumió públicamente que no llegarían ni en cantidad, ni en el plazo presupuestado la vacuna de Johnson), hoy el debate se centra en la capacidad de inmunización que podemos tener con Pfizer y Sinovac, siendo ésta la que más importa al ser la que está siendo administrada a la mayor cantidad de chilenos.
“La recomendación es consultar el sistema programado con dos dosis. La discusión no se ha dado en nuestro país, la discusión es en aquellos países que están usando otras plataformas de vacuna. Vuelvo a repetir que la vacuna más utilizada en Chile, es una inactivada, por lo que para nosotros hoy día esa discusión no está dentro de las recomendaciones, porque aún nos falta todavía conocer la efectividad de la vacuna Coronavac. Acuérdese que todavía tenemos pendientes los resultados de eficacia. La recomendación, que se publicó en marzo, es completar los esquemas de dos dosis, además de no prolongar los tiempos de separación entre las dos dosis”, asegura la Dra. Dabanch.
La ciudadanía ha puesto todas sus esperanzas en la vacuna, sin pensar que es solo parte de un proceso y que no alcanza para salir de la situación en que nos encontramos. Como dice la jefa del CAVEI: “Llevamos un año en pandemia, con restricciones que no conocíamos, con un agente que desgasta a la población, y aquí el gran error es que ha faltado informar que la vacuna necesita, en mayor medida aún, para que pueda mantener su efecto, las medidas de protección. Yo creo que sí, que tiene un riesgo el que la comunidad enfoque todas sus esperanzas, por decirlo de alguna forma, en la vacuna, y se desproteja de las medidas de precaución”. El llamado es simple, claro y contundente, de no mediar una ayuda concreta por parte de la ciudadanía, no podremos dejar la epidemia atrás. La respuesta está en nuestras manos.
El temor a lo desconocido: Las nuevas variantes
Uno de los puntos de mayor inquietud, pensando en el proceso que ha llevado adelante nuestro país y el que está sufriendo la mayor parte del mundo, es qué va a pasar con la aparición de nuevas variantes de las que aún no hay evidencia científica de si podrán tener inmunidad con las vacunas existentes en el mercado.
El flujo constante de viajeros que han llegado a nuestro país, sin una política acertada de Testeo-Trazabilidad-Aislamiento, deja un manto de duda respecto a la efectividad del actual proceso. A Chile ya han llegado algunas de esas variantes (la británica y las dos brasileñas), pero se sabe que también están circulando una americana, una sudafricana y en los últimos días se sumó una japonesa. En forma primaria parecen tener una mayor capacidad de transmisión, aunque, afortunadamente, menor letalidad.
Al respecto, la Dra Jeannette Dabanch es cauta sobre los efectos en la población: “Es una pregunta sin respuesta, es una incertidumbre. Y es una incertidumbre que se comparte en todo el mundo”. Y concluye, “el virus para poder sobrevivir, da respuesta a las defensas de la enfermedad natural o a las respuestas de defensas inducidas por vacunas… Se puede adaptar y puede ir generando estas variantes que nos ponen en jaque. No solamente a las vacunas, sino que a la posibilidad de re-infectarse. La única medida que tenemos para reducir que el virus se adapte, es no infectarnos. Y para no infectarnos, tenemos que tomar todas las medidas. La vacuna no hace la tarea sola, las vacunas necesitan de todas las medias de prevención, especialmente las barreras, el distanciamiento físico, el evitar el desplazamiento, y en eso el personal de salud debe ser enfático en la comunicación de riesgo para la comunidad”.
“Para no infectarnos, tenemos que tomar todas las medidas. La vacuna no hace la tarea sola, las vacunas necesitan de todas las medidas de prevención, especialmente las barreras, el distanciamiento físico, el evitar el desplazamiento, y en eso el personal de salud debe ser enfático en la comunicación de riesgo para la comunidad”.
Dra. Jeannette Dabanch
Presidenta del Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones (CAVEI)
“Las reacciones adversas que se presenten en relación al programa de vacunación en los trabajadores de la salud, estarán cubiertos por esta ley como parte de riesgos laborales y cobertura de enfermedades profesionales”.
Dra. Begoña Yarza
Presidenta del Departamento de Trabajo Médico