Médicos Mayores: Huella de carbono hospitalaria

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Con el Dr. Rafael Ferrer mucho hemos escrito sobre el Cambio Climático y sus temibles consecuencias, como también sobre la responsabilidad del ser humano al respecto. También, nos hemos referido a los agentes causales directos del fenómeno, denominados los gases de invernadero. Estos son un conjunto de compuestos atmosféricos, algunos presentes en forma natural como el CO2 (anhídrido carbónico) y otros derivados de la actividad humana como los hidrocarburos (derivados del petróleo). Entre éstos, los hidrofluorocarburos son los más importantes, porque absorben y devuelven a la atmósfera la radiación infrarroja, impidiendo que parte del calor del sol sea reflejado, permaneciendo en la tierra. Este fenómeno ha ido en aumento acelerado en los últimos años, lo que ha determinado un aumento de la temperatura en la superficie de la tierra.

Pero no habíamos tenido claro el significado de la llamada “huella de carbono”, que alude a la cantidad de gases invernadero que son liberados a la atmósfera, directa o indirectamente, debido a la actividad humana. Ya habíamos descrito varias consecuencias sobre la salud del cambio climático, pero no sabíamos que, paradojalmente, algunas acciones de salud de los hospitales podrían tener una acción indirecta al respecto. En efecto, el trabajo de Balkenhol y colaboradores en el Hospital de Puerto Montt, recientemente publicado, abre una ventana preocupante sobre el rol de algunas acciones médicas al respecto.

El estudio mencionado divide a los agentes contaminantes derivados de la acción hospitalaria en acciones directas de combustibles fósiles -aquellos como carbón y petróleo que generan electricidad- e indirectos, como los gases anestésicos -sevofluorano, óxido nitroso y otros-, y el uso de energía en los edificios, transporte de pacientes y generación de residuos.

De estos grupos, el que más produce huella de carbono, expresada como toneladas de CO2, es la electricidad: 46% del consumo total de CO2 anual del Hospital, seguida por un 30% por la generación de residuos, y del 10% debido a los gases clínicos.

Debido al rol (impensado) de la anestesia en la emisión de gases de invernadero, es preciso buscar nuevas tecnologías que permitan reducir la emisión de estos gases al ambiente, o utilizar nuevos fármacos, especialmente por vía endovenosa, con ese objetivo. También, se han sugerido técnicas que permitan un sistema de re-inhalación, cerrado o semi-cerrado, de modo que el gas anestésico vuelva a incorporarse.

Entre otras medidas adicionales para reducir la huella de carbono por acción hospitalaria, se ha sugerido apagar máquinas de anestesia y monitores cuando no se usen, manejo eficiente de los residuos y promover el uso de energía proveniente de fuentes renovables.

De estos antecedentes, deriva la noción que es preciso tomar muy en cuenta las emisiones de carbono por los Hospitales, lo que debe ser una parte integral de los Servicios de Salud.

Referencias:
Balkenhol M. et al. Huella de carbono en el Hospital de Puerto Montt. Rev Med Chile 2018; 146:1384-89.