Dr. César Cárcamo Quezada
Presidente Departamento Medicina Privada COLMED
Antes de las Isapre, ya existía el sector privado de salud. El Sanatorio Alemán de Concepción, fue la primera clínica privada del país, inaugurada en 1897. Luego, vinieron la Clínica Alemana de Santiago, en 1905, y la Santa María, en 1938. Y en 1924 surgen las cajas de previsión de empleados particulares y públicos, que permitieron cierto aseguramiento en estos lugares.
La creación de las Isapre permitió un crecimiento exponencial del sector privado que realiza el 40% de las prestaciones médicas; más del 50% de las consultas; 30% de las cirugías; y casi el 40% de los exámenes de diagnóstico. Todas las regiones, salvo Aysén, tienen clínicas. Y cerca de 18 mil de los 30 mil especialistas registrados, trabajan allí, por lo que para el COLMED no es indiferente su futuro laboral.
La Convención Constituyente ha valorado eso. Por ello, el nuevo Sistema de Salud que se propone no puede prescindir a priori de los prestadores privados, con o sin fines de lucro, si no que debe establecer reglas claras y parejas, pues serán necesarios, al menos durante los próximos 3 a 5 años, para resolver las largas listas de espera.
Hoy, las personas acceden al menos a dos tipos de seguros: los que tienen un rol sustituvo del estatal (Isapre); y los complementarios, que cubren parte o totalmente el copago. Con el fin de las Isapre y un aseguramiento único estatal, quienes deseen atenderse en el sector privado podrán hacerlo bajo la Modalidad de Libre Elección de FONASA y seguros complementarios, pero estos deberán ser reformados, ya que hoy no cubren preexistencias, pueden modificar sus precios según la siniestralidad acumulada anual y pueden terminar los contratos unilateralmente. Los cambios deberán apuntar en la dirección de los realizados al sector Isapre, incluyendo un símil a la ley 21.350 que limita el reajuste a los precios de los planes. Además, deberán estar fiscalizados por la Superintendencia de Salud.
Hoy la MLE permite a pacientes FONASA B, C y D acceder al sector privado y compensa la falta de garantías explícitas de las patologías no GES, que son las mayoritarias en listas de espera. Dado que la reforma demorará varios años en poder cumplir con las garantías de oportunidad y calidad, la MLE se hace indispensable durante la transición y también después, ya que desde su ampliación, en la reforma al SERMENA que realizó el Pdte. Eduardo Frei Montalva, llevamos más de 60 años con el derecho a una segunda opinión en salud.
También, es fundamental que los colectivos médicos se organicen, a nivel de los prestadores, para obtener condiciones favorables para su trabajo y desarrollo profesional. Aquí es necesario reforzar su capacidad de negociación, donde el COLMED tiene un rol importante de asesoramiento. Soy un firme partidario del “Cooperativismo Médico”, pues se basa en los valores de autoayuda, autorresponsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
De aprobarse la propuesta Constitucional o si el Gobierno impulsa la Reforma que planteó en su programa, se avecinan cambios relevantes en salud, que deben hacerse sin dejar a nadie atrás, con la colaboración de quienes han aportado en resolver las necesidades de las y los pacientes a lo largo del país. Necesitamos a todas las manos, todas las voluntades, para que nuestro Colegio Médico, como una sola voz, siga aportando a los cambios que el sector salud necesita, tal como lo ha hecho con orgullo a lo largo de su historia.