Rol del médico de familia en el contexto chileno actual

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Dra. Paulina Faúndez Martínez

Residente de Medicina Familiar, U. de Valparaíso

La realidad chilena sufre un importante cambio con el estallido social de 2019, donde multitudes salen a las calles a expresar la disconformidad con la inequidad en nuestro país. Uno de los clásicos tópicos es la pobre salud pública, incapaz de dar respuesta a las demandas de la población. Sumado a esto, nos golpea una pandemia mundial que deja en evidencia el carácter hospitalo-céntrico y biomédico de la salud pública y privada, además de develar una alta tasa de empleo informal, hacinamiento, precariedad de las viviendas y falta de acceso a servicios básicos de nuestra población, cuyo cúlmine fue un ministro de Salud confesando el desconocimiento por parte de altas autoridades de estas determinantes sociales en nuestra población.

El sistema hospitalario colapsa. Surge la necesidad de realizar el proceso de trazabilidad y recién ahí las autoridades de salud ponen sus ojos en la Atención Primaria de Salud (APS), la cual, con su basto conocimiento en la comunidad y el territorio, de forma autogestionada, ya había iniciado de forma local medidas y protocolos para enfrentar la pandemia.

Surgen múltiples estrategias, donde la tecnología, el trabajo con el intersector y la comunidad, demostraron un eficiente desempeño, cuyo cúlmine fue una exitosa campaña de vacunación liderada por la APS, donde el equipo de salud salió del CESFAM a las juntas de vecinos, iglesias, colegios, gimnasios, estadios, etc.

Quedó en evidencia la alta complejidad biopsicosocial de los pacientes de la atención primaria y la necesidad de profesionales de salud con competencias en el manejo integral de las personas. Pero no todos los profesionales de APS tienen conocimientos sobre el modelo de salud familiar, por lo que, incluso allí, las atenciones siguen la tendencia biomédica.

Los médicos de familia deben cumplir un rol de agentes de cambio hacia un modelo integral de salud centrado en las personas. Se suma la importante y desafiante tarea de empapar al nivel secundario y terciario sobre la importancia de la APS como centro del sistema de salud y de la contrarreferencia y la continuidad del cuidado para dar una atención integral al paciente.

El médico de familia debe mantener el vínculo entre la APS y el resto de los especialistas de la red, generando un trabajo coordinado. También, abogar por la permanencia de las tecnologías instauradas durante la pandemia, como telemedicina y controles vía telefónica, que dieron más acceso a la atención de salud y mejoraron la conexión con el resto de la red. Además de contribuir activamente en la formación de más médicos especialistas en salud familiar y en la educación de médicos generales en pregrado sobre el modelo de atención integral de salud y la importancia de la APS en el sistema de salud nacional. Es necesario incentivar la educación continua del médico de familia y promover la subespecialización para aumentar la resolutividad en APS y disminuir derivaciones innecesarias.

Chile vive un proceso de transformación política económica, social, educacional y sanitaria, donde los eventuales cambios constitucionales se muestran como una importante oportunidad de realizar cambios estructurales al sistema de salud y es aquí donde los médicos de familia tienen el gran desafío de abogar para que estos se materialicen a lo largo y ancho de todo nuestro país.