Dra. Daniela Díaz
Presidenta Depto. Género y Salud
La identidad de género es una parte fundamental del desarrollo humano, comenzando a manifestarse desde temprana edad, a veces tan pronto como a los 3 años. Es crucial entender que este proceso es personal y no sigue un camino uniforme para todas las personas. En los últimos meses hemos sido testigos de un intenso debate en torno al manejo en salud de niños, niñas, niñes y adolescentes (NNA) trans y de género diverso, en dónde se ha intentado sembrar en la sociedad información errónea que me gustaría desmentir brevemente.
Uno de los temas en discusión ha sido el uso de bloqueadores de pubertad utilizados para posponer el desarrollo de las características sexuales secundarias. Al respecto, es importante mencionar que estos medicamentos son considerados seguros y reversibles. Su uso en población con identidad de género no conforme solo está indicado para quienes quieran hacerlo y con el debido consentimiento informado de padres, madres y asentimiento del adolescente; iniciándose posterior al comienzo de la pubertad.
Respecto a las tasas de arrepentimiento, de acuerdo a la evidencia disponible, el número es bajo. Según un estudio realizado por The Trans Youth Project en 2022, solo el 2,5% de los NNA dejan de identificarse como personas trans o no binarias posterior a 5 años de realizar la transición social y que la mayor parte de éstos suele arrepentirse previo a los 10 años de edad. Si existiera arrepentimiento, éste ocurre en una etapa en que los cambios son totalmente reversibles.
Un estudio publicado en 2020 donde se encuestó a 20.619 personas trans, se observó que aquellas que recibieron tratamiento con supresión puberal presentaron significativamente menores probabilidades de sufrir depresión o ideación suicida en la vida; en comparación con aquellas que deseaban la supresión pero no la recibieron, evidenciando la importancia de un acceso equitativo y oportuno a estos tratamientos.
En Chile, existen regulaciones estrictas y estándares médicos rigurosos. Las y los especialistas que trabajan con esta población están altamente capacitados y constantemente actualizados en las mejores prácticas. La evidencia nos deja en claro que el arrepentimiento de NNA que inician bloqueadores puberales es bajo, que cuando esto ocurre los cambios son reversibles y que los beneficios, sobre todo en salud mental, son significativos.
La desinformación puede crear barreras para el acceso a la atención y negar servicios sin una justificación clara no sólo perpetúa el estigma y la exclusión social, sino que también pone en riesgo el bienestar y el desarrollo integral de NNA. Por lo mismo, acompañar su identidad desde temprana edad, proporcionar el acceso a cuidados médicos basados en la evidencia y desafiar la desinformación son pasos fundamentales hacia un futuro más inclusivo y saludable para todas las personas.