Desafíos en la formación médica

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Dr. Ignacio Silva Ayarza

Presidente Departamento Formación y Acreditación


La formación médica enfrenta múltiples desafíos, los que actualmente van más allá de la mera transmisión de conocimientos.

La reciente pandemia del COVID-19, la cual interrumpió la formación clínica presencial y empujó a las instituciones hacia una rápida virtualización, tuvo un impacto tremendamente significativo en nuestras y nuestros estudiantes y en la forma en la que realizamos docencia. Aunque la tecnología es una herramienta valiosa, el desafío reside en cómo integrarla, para que las habilidades clínicas no se vean comprometidas. Es indispensable establecer estrategias híbridas que combinen aprendizaje virtual con prácticas clínicas, aprovechando al máximo la telemedicina, pero sin descuidar la esencia del contacto humano en la medicina.

La perspectiva de género en la formación médica ha cobrado especial relevancia en la formación médica. Las desigualdades, aunque han disminuido, aún persisten y son notorias en nuestro campo. Se requiere no sólo reconocer y derribar prejuicios, sino reconfigurar currículos y prácticas para que sean inclusivos y ecuánimes. La equidad de género debe ser una piedra angular en la formación, promoviendo no sólo una representación equitativa, sino también oportunidades, liderazgos y reconocimientos justos.

El maltrato docente-alumno, una realidad latente en muchos centros, requiere una intervención decidida. Más allá de protocolos de denuncia, es crucial optimizar la formación en docencia de las y los médicos que participan en el proceso formativo, humanizando la enseñanza médica y propiciando ambientes donde el aprendizaje fluya en un marco de respeto y colaboración.

Una preocupación creciente es la inequidad en la distribución de especialistas dentro del país. Muchas regiones carecen de profesionales especializados, mientras que otras están saturadas. Es vital reformar los programas de formación.  Orientarlos al sistema público y a las necesidades regionales podría ser un paso hacia la solución.

Finalmente, la certificación y acreditación de especialidades son vitales para garantizar la excelencia en el trabajo médico. Optimizar estos procesos, haciéndolos más ágiles, transparentes y rigurosos, garantizará no sólo la formación de calidad, sino también la confianza de los usuarios y usuarias en el sistema.

Por lo mismo, nuestro desafío no es solamente formar médicos y médicas con excelencia clínica, sino líderes comprometidos que, con una visión integral del paciente y la salud pública, impulsen un sistema de salud más justo y equitativo, centrado en las personas y orientado hacia el bien común.

“La vida es corta, el arte es largo, la oportunidad fugaz, la experiencia engañosa y el juicio difícil”, reflexionaba Hipócrates. Aunque la vida es finita, el arte de la medicina requiere de un aprendizaje y perfeccionamiento constante. La oportunidad de intervenir puede ser breve, y basarse sólo en la experiencia puede ser engañoso. Por tanto, el juicio médico, forjado a partir de la formación y la práctica reflexiva, es crucial y a menudo complejo.