Dr. Antonio Orellana Presidente de ASOFAMECH
Plantear prioridades en la atención en salud hoy por hoy resulta difícil. Hemos sido testigos de los esfuerzos hechos en las últimas décadas, construyendo nuevos hospitales y centros de salud, y también hemos sido testigos de los esfuerzos realizados para contar con el recurso humano que hasta el día de hoy sigue siendo deficitario.
Frente a esta situación, en primer lugar es necesario el entendimiento entre el ministerio y las instituciones que forman profesionales en esta área, y que son las únicas autorizadas por ley para emitir títulos profesionales.
Quizás sea necesario insistir en el modelo de redes integradas de servicios de salud, basado en la atención primaria, con lo cual podríamos establecer la eficiencia y la eficacia como principios a cumplir, cuidando la calidad de la atención y muy especialmente la satisfacción de los usuarios.
Sin embargo, debemos cuidar de dotar a la atención primaria de todos los medios que la hagan resolutiva, tanto en el diagnóstico como en muchos tratamientos. Su desarrollo debe estar a cargo de médicos de familia.
El ordenamiento del sistema producto de estos cambios, podrá establecer una confianza de la población en lo que significa el cuidado de su salud, que hoy debemos entenderla no como una ausencia de enfermedad solamente, si no más bien como un estado de bienestar. Así el médico de familia podrá enfrentar los cambios demográficos y epidemiológicos que hemos vivido en las últimas décadas, y recibirá el reconocimiento de la población y de sus pares en lograr la prevención y promoción en salud; dos elementos básicos para poder pensar en un modelo a futuro.
Esto no significa disminuir la necesidad del especialista que Chile precisa, pero es importante ordenar los requerimientos propios de una población que deben ir desde la atención primaria hasta la alta especialización.