Dra. Ana María Arriagada y baja en el número de donantes de órganos

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Es un problema grave de salud en Chile

Para la ex presidenta de la Corporación del Trasplante “es difícil creer que en un país exista casi un 30% de los mayores de 18 años inscritos como no donantes”. Considera que uno de los problemas que explica esta situación es la falta de políticas públicas y la desconfianza en el sistema.

El 2017 pasó a la historia como el mejor año para el sistema de donación y trasplante de órganos, alcanzando una cifra récord de 457 operaciones, gracias a 173 dadores, con una tasa de 10 donantes de órganos por millón de habitantes. Sin embargo, para este año las cifras no eran nada alentadoras. Una interpretación de la Contraloría Regional Metropolitana, hecha a fines del año pasado, estableció que los equipos de procuramiento no podían consultar a los familiares de las personas inscritas como no donantes, si querían ceder los órganos de su deudo. A raíz de ello, según datos del ministerio de Salud, 38 trasplantes se perdieron en lo que va de 2018. Además, se pronosticaba el peor escenario en los últimos 20 años, pues a mayo apenas había 2,6 donantes por cada millón de habitantes, mientras que a la misma fecha en 2017 eran 4,6.

Por Patricio Azolas

La extinta Corporación del Trasplante y el senador Felipe Kast (Evópoli), solicitaron al contralor general, Jorge Bermúdez, revisar el tema y sus argumentos fueron acogidos, con lo que se retrocedió en el dictamen, lo cual debiera tener un efecto positivo en las cifras de donantes. Pese a este cambio, la ex Presidenta de la Corporación, Dra. Ana María Arriagada, es crítica de las políticas públicas que se han generado en la materia.

-¿Considera que el Contralor comprendió la situación límite a la que fue sometido el sistema de donación y trasplante de órganos, al reconsiderar su primer dictamen?

Antes de disolvernos como Corporación, a través del senador Felipe Kast, llevamos al Contralor un documento sobre lo que generaba esta medida y nos dio la razón en los dos puntos que solicitamos, tanto en permitir que los familiares de los no donantes sean entrevistados como también respetar la entrevista de los que están como donantes. Con esta reinterpretación, se soslaya la situación actual, pero la normativa legal sigue siendo insuficiente. El daño fue grande. Entre enero y abril de este año, no hubo ningún donante de pulmón, ni de páncreas. La donación de corazón cayó al 40% igual que la de hígado y la de riñón en 50%. Los pacientes se estaban muriendo.

 -¿Cree que debería haber un cambio en la legislación respecto a quienes manifestaron no ser donantes y que después de un tiempo modificaron su opinión?

Nos puede pasar que otro Contralor en el futuro impugne los mismos puntos y concluya de igual forma, es por eso que urge un cambio legal. Existen 4 millones de personas que están inscritos como no donantes. La ley actual (19.451) no señala cómo salir del registro para las personas que se arrepintieron y no existe un plazo para los no donantes inscritos en el Registro Civil para que corroboren su decisión en la notaría. La verdad que es difícil creer que en un país exista casi un 30% de los mayores de 18 años inscritos como no donantes. Esto es un problema grave de salud en Chile.

– A su juicio, ¿por qué cree que las medidas que han tomado las autoridades para fomentar la donación de órganos no han tenido un gran efecto en la población?

La ley estableció que la Coordinadora de Procuramiento y Trasplante de Órganos y Tejidos del ministerio de Salud tenía que instaurar una Política Nacional de Donación y Trasplante que debía ser parte de una estrategia, y eso no está en el Plan Nacional de Salud, ni en los compromisos para el año 2020. Claramente, hay una falencia de la Coordinadora en fiscalizar el seguimiento de los donantes en los hospitales e instituciones de salud. El país debería tener una entidad similar al Instituto de Salud Pública (ISP), autónomo, que fiscalice y maneje sus propios recursos humanos. Además hay una deuda de transparencia muy relevante. Si uno busca datos, no los va a encontrar fácilmente. El ministerio se demora al menos cuatro meses en subir la información y la población tiene que contar con insumos actualizados.

¿Cree que existe algún tipo de desconfianza en la población sobre el sistema donación de órganos? 

Hay muchos mitos en torno a ello. Las personas sienten que es un sistema de privilegios y no de derechos. Como los trasplantes exitosos son hechos en clínicas, interpretan que donan los pacientes de Fonasa y se trasplanta a los de Isapre, y no es así: el 75% de los donantes y trasplantados pertenecen al seguro público. Pero como no queda claro, la gente siente que no puede acceder a un órgano en el país democrática e igualitariamente y eso daña un sistema que, en la realidad, ha crecido en su nivel de justicia. Tenemos una lista única que se maneja en el ISP con criterios técnicos. Los equipos de procuramiento saben el orden de los pacientes. Si cualquiera adelanta un paciente, es detectado por el resto de los profesionales y se comunica al ministerio. Los criterios de adjudicación o asignación de órganos están adaptados a los de las sociedades científicas del mundo. Nadie accede a un órgano porque sea bueno, famoso o destacado. Y el tráfico de órganos está penalizado en Chile y no hay capacidad instalada para sacarlos de un establecimiento.

– Según su experiencia, ¿qué medidas se deberían implementar para mejorar la donación y trasplante de órganos en Chile?

El Estado debe liderar una fuerte campaña comunicacional ante la población para que ingresen a la página del Registro Civil y verifiquen si son donantes o no, y si están inscritos como no donantes y se han arrepentido, puedan de alguna manera revertir esta situación. Si estas modificaciones legales se implementan pronto, se podría volver al escenario del año pasado, que aunque era mejor, sigue siendo adverso en comparación con el resto de los países de Latinoamérica y España. Tenemos que salir de esta urgencia y retomar una senda exitosa. Deberíamos tener cuatro veces los donantes que tenemos en la actualidad.

– El cierre de la Corporación del Trasplante que usted presidió y que cerró por falta de financiamiento, ¿es consecuencia de la falta de compromiso de las autoridades?

El cierre de la corporación es un síntoma de los tiempos. La institución tocó no solo la puerta del ministerio, sino que muchas. Aquí hubo un mundo empresarial que pudo cooperar con la Corporación y que no estuvo a la altura. El ministerio no tuvo el soporte y la lealtad que nosotros sí tuvimos con ellos. Después de 28 años de existencia no merecíamos ser tratados de esa manera. Esto es un signo de los tiempos. En Chile hay poca generosidad y filantropía. Existe una gran burocracia con las organizaciones de pacientes. Esto es un mal de nuestra democracia y de la manera en la que se estructura el poder: aislado, sin un cable a tierra y que termina en movimientos sociales.

 

Casos de éxito

España es el país con la tasa de donación de órganos más alta en el mundo. Durante 2017 alcanzó el récord de 46,9 donantes por millón de habitantes, más del doble que en la UE (21,5) y muy por encima de países como EE.UU. (30,8), Francia (28,7) y Reino Unido (21,6). En Latinoamérica, Uruguay tiene casi 20 donantes por millón de habitantes y Colombia y Argentina 14, mientras que en Chile, en su mejor momento, durante 2017, la cifra llegó apenas a 10.

 

Cierre Corporación del Trasplante

El pasado 25 de mayo y tras 28 años de existencia, la directiva del organismo encargado de promover la donación de órganos, poner en marcha el proceso de procuramiento y ser una fuente de capacitación y formación en esta materia, encabezado por la Dra. Ana María Arriagada, anunció su cierre definitivo por falta de recursos. Tras este cierre, el Colegio Médico de Chile ofreció conformar una comisión que permita tener una vocería y una supervisión de la labor del Estado en la materia.