Dra. Melissa Cifuentes Arévalo, Uróloga: Ganadora del reconocimiento Médica Destacada 2023

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En la última ceremonia del Día de la Mujer, fue reconocida por su labor en la atención con enfoque de derechos humanos y de género y por abrirse camino en un área comandada por hombres, convirtiéndose en referente para médicas jóvenes. “En mi condición de mujer y en mi condición de cirujana de procedimientos ‘raros’, estoy acostumbrada a tener que explicar y defender mi trabajo; y a decir: mira, lo que yo hago es válido también”, señala.

Por Marcos Santis H.


Pasó la mayor parte de los fines de semana de su infancia en el campo. Llegaban los viernes y se devolvían a Temuco los lunes, temprano; directo al colegio. Hija única, pero muy alejada del cliché de que esto habría significado ser una niña sobreprotegida. Muy por el contrario. Creció bajo un método de crianza inusual, muy estricto en lo académico, pero con una autonomía y capacidad de decisión que le inculcaron desde muy pequeña. “No fue fácil, pero es un proceso donde en algún minuto de la vida uno consigue entender lo que quisieron hacer y decir. Mis padres, de forma muy consciente, querían enseñarme que yo podía decidir mi futuro”.

En el campo, además, conoció el arraigo con la tierra y la gente. Un espacio protegido, donde a sus ojos de niña nada importaba demasiado más que los intereses en común. Los vínculos. Por todo esto, y con una estructura de personalidad formateada para creer que puede elegir o ser lo que quiera, encontrar su vocación no fue una tarea fácil. Lo único que Melissa tenía claro era que lo que la estimulaba, por sobre todas las cosas, era la conexión con las personas.

“Mi padre es biólogo, investigador y, por lo mismo, siempre estuvo en mí el desarrollo científico, intelectual. Por otro lado, está el poder vincularse y disfrutar el proceso de conectar con un otro. Me gustaba mucho la biología, la química y me gustaba mucho la investigación. Entonces, mi dilema era si estudiar bioquímica o medicina. Si elegía la primera, sabía que era un trabajo más solitario. Importantísimo, pero más de puertas hacia adentro. Me decidí por mi interés social y por las relaciones humanas, que igual es algo básico. Tampoco creo que sea algo excepcional. La empatía en un médico no puede ser un plus, tiene que ser el desde, si no, ¿qué sentido tiene todo?

Se estima que en Chile, sólo el 2.5% de los especialistas en urología son mujeres, ¿por qué decidió esta especialidad?

“Es que ni siquiera me lo cuestioné. Pensé, esto me gusta, es totalmente lo que quiero hacer. Me voy para allá. Es chistoso, porque yo era de esas mujeres que decía: a mí nunca me han discriminado por ser mujer. Sin embargo, cuando inicié el proceso de postulación y me comienzan a mirar raro y decir que es casi imposible entrar. ¿Cómo imposible? No, claro, si no se puede. ¿No se puede?, ¿cómo que no se puede? ¿Por qué no se puede? Porque casi no hay mujeres urólogas”.

“Amo la urología, porque es una especialidad súper amplia. Hay poquitas especialidades médico-quirúrgicas en las que tienes la ventaja de participar en un proceso tan completo y que te entregue tantas posibilidades para desarrollarte y que sea compatible con distintas etapas de tu vida. Además, nunca tuve otra opción de especialidad. O era urología o era urología. Mientras esperaba el resultado de mi proceso de postulación supe que en la década del cincuenta hubo una mujer uróloga, pero absolutamente invisibilizada. Afortunadamente, con el tiempo fui dando con algunos nombres, porque eso me servía de antecedente. Eso era lo que veía desde Temuco. Por casualidad, me enteré que la Universidad de Valparaíso, que es donde yo hice la beca de urología, ya había formado a una uróloga antes, la Dra. Carolina Carmona. Pero, ¿qué es lo que yo quiero decir con esto? Que no existían urólogas en roles visibles”.

“Y ese ha sido uno de los objetivos que tenemos en Urólogas Chile. Decir, oye, existimos, somos poquitas, pero estamos aquí. Estamos distribuidas en todo Chile y trabajamos en la parte pública y también en la privada”.

Los olvidados e invisibles

En la actualidad, la Dra. Melissa Cifuentes se convirtió en un referente a nivel nacional respecto a cirugías de reasignación de sexo para personas trans. Es la profesional que lidera los equipos quirúrgicos que realizan estos procedimientos en el Hospital Sótero del Río, en la Región Metropolitana y en el Hospital Carlos Van Buren, en Valparaíso. A su correo todos los días llegan historias de personas que desean atenderse con ella, pero no da abasto.

Es la sucesora natural del emblemático urólogo, Dr. Guillermo Mac Millan, siendo una de las herederas de su “técnica”. Fue así como en 2003 ingresó al Van Buren a realizar su beca. La esperaba el equipo de urología del hospital liderado, en ese entonces, por el Dr. Mac Millan, profesional con quien aprendió la técnica para realizar genitoplastías, procedimiento que se conoce como cirugía trans, de cambio de sexo o reasignación. El Dr. Mc Millan se retiró del servicio público en 2019. La doctora aclara que ella no cambia el sexo de nadie, lo que sí hace es “modificar genitales para que sean más acordes, armoniosos, más adecuados con la identidad de la persona”.

Leonardo Díaz Eriz @fotografiamedicachile

¿Cómo se aborda la salud trans a nivel nacional?

“En la mayoría de los Servicios de Salud no había ningún tipo de atención transafirmativa. No sólo se da por hecho el no acceso a la cirugía, tampoco existía el acompañamiento psicológico ni las terapias hormonales supervisadas por médicos. Esto último está cambiando, pero son avances que ha hecho este gobierno, recién hace dos meses atrás. Desde principios de mayo, hay una dupla psicosocial para personas trans en cada Servicio de Salud. Sólo ven niños, niñas y adolescentes, pero bueno, ya es un primer gran paso”.

¿Cómo lidian con esta indolencia del sistema, si de acuerdo a cifras globales se estima que el 40% de las personas trans intentan suicidarse a lo largo de su vida?

“El suicidio es nuestro archienemigo en el tema trans. Es terrible. Es terrible y es un tema que a mí me duele. Tuvimos el suicidio de una persona en la lista de espera de cirugía del Sótero del Río y fue muy fuerte. Tuvimos que hacer una intervención mayor, porque nos costó un montón asumirlo. Y uno dice, pucha, ¿estaré haciendo lo suficiente, estaré hablando o gritando lo suficiente? ¿Estaré trabajando lo suficiente? ¿Pudimos haber hecho algo para que esto no pasara?”.

¿Qué es lo más urgente?

“Visibilizar. Y acá hay una contradicción, porque las personas trans afortunadamente han avanzado y eso me pone muy feliz. Pero, ¿tú sabías que hay muchos hombres que usan pañales? Por eso aparece publicidad en la tele. Hay muchos hombres que usan pañales y son jóvenes. Son personas que van a trabajar en la oficina con pañales. ¿Qué porcentaje de las mujeres tienen un prolapso grande? Altísimo y están en lista de espera y cuando van al hospital a preguntar cuándo será su cirugía les responden: pero usted no tiene cáncer, vaya a la casa y espere. Y así hay millones de temas y situaciones para los que hay solución, pero como no son considerados vitales, quedan olvidados al último de la fila”.

“En la Sociedad Chilena de Urología existe la filial de Urología funcional, femenina y reconstructiva, de la cual soy presidenta. Es un área que muy a nuestro pesar tiene que explicarse o justificarse para existir. Como no es oncológica y técnicamente nadie se muere de esto, no es considerado como importante. Me lo dicen y, literal, me tengo que aguantar la rabia. ¡Cómo no va a ser importante para una mujer que tiene un prolapso, que no la deja hacer pipí ni caca, que no puede trabajar, que no se puede levantar, que no puede tener relaciones sexuales y que no puede hacer su vida normal! ¿Cómo le voy a decir a esa mujer ándate a la casa y arréglatelas como puedas? ¿Y quién piensa en la calidad de vida de esa persona?”.

“Entonces, es un círculo vicioso, ya que en la medida que somos invisibles, porque nuestros pacientes son invisibles, nuestro desarrollo es invisible. Porque si hacemos calladitos el trabajo en nuestros hospitales -situación que ocurre todos los días- la gente piensa que no queda más que aguantarse, que su vida llega hasta ahí nomás. En cambio, si existimos como organización, como médicas y médicos, y visibilizamos lo importante que es nuestro trabajo y el impacto positivo que genera, tenemos más alternativas que ofrecer para mejorar la calidad de vida de las personas. En mi condición de mujer y en mi condición de cirujana de procedimientos “raros”, estoy acostumbrada a tener que explicar y defender mi trabajo; y a decir: mira, lo que yo hago es válido también”.

Medicina y activismo

La Dra. Melissa Cifuentes ha declarado en innumerables ocasiones que definirse como activista fue un proceso largo de concientización. “Si tú trabajas en un ámbito en que hay tanta disparidad, necesidad y no lo denuncias; o eres activista o eres cómplice”, resume.

“Las personas trans están acostumbradas a tener que explicarse a sí mismas, a tener que defender frente a la sociedad su propia existencia. Cuando existen equipos que realmente creemos, que estamos convencidos que la diversidad es un valor y que ser así de diverso nos hace mejores; se nota la diferencia. Somos kinesiólogas, somos psicólogas, somos psiquiatras, somos internistas, somos ginecólogas y ginecólogos que trabajamos por brindar salud integral a estas personas y a su grupo familiar. Personas que están dolidas por la forma en que les hemos tratado como sociedad y como sistema de salud también”.

Tejer redes

En Chile, hay cinco ciudades donde es posible acceder a cirugías genitales trans: La Serena, Osorno, Coyhaique, Valparaíso y el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente en Santiago. Más allá de la lista de espera, otro tema con el que tienen que lidiar las personas es la territorialidad, ya que al no existir un sistema integrado que asegure el acceso a la cirugía las personas que no pertenecen a estas regiones quedan excluidas automáticamente. Por lo mismo, la Dra. Cifuentes cree fielmente que el acceso a la salud trans no puede recaer en solamente una persona, como sí ocurría en el pasado.

“Con los demás equipos estamos en permanente contacto. Nos apoyamos unos a otros, de acuerdo a nuestras necesidades. Cuando tenemos casos complejos los discutimos, porque efectivamente creemos que avanzar en equipos es la única forma posible. Además, para mí trabajar en equipo es un medidor de excelencia. En el fondo, la misión es cuidar lo poco que se tiene y tratar de ampliar y que se vaya expandiendo. Esto, desde el punto de vista médico, pero también del punto de vista social. La misión es hacer que esto aparezca, validarlo y crear una necesidad”.

¿Cómo debería abordarse, para que el mismo sistema no genere vicios, por ejemplo, la migración hacia las regiones donde sí se realizan los procedimientos, tensionando las listas de espera?

“Necesitamos que el MINSAL nos apoye para que este tipo de cirugías que son un poco menos frecuentes que otras, funcione de una forma que se llama redes complejas: Por ejemplo, neurocirugía funciona como red compleja. Es decir, si tú tienes un aneurisma cerebral y en tu Servicio de Salud no hay un neurocirujano que haga este trabajo, te derivan automáticamente al Servicio Salud del lado, donde sí lo hay. Eso necesitamos para romper la barrera de la restricción territorial”

Respecto a la salud trans, ¿estamos mejor o peor que antes?

“Mejor. Existimos. Hacemos ruido, estamos capacitando a personal de la salud, estamos capacitando a otros colegas, estamos estimulando la formación de grupos de pacientes, estamos en la pelea. Hace 10 años atrás, era mucho más invisibilizado aún todo, la reconstrucción, incluida la temática trans”.

¿Qué consecuencias dejó la pandemia, respecto a estas necesidades en salud?

“Alargó la lista de espera de manera brutal. O sea, todavía estamos tratando de recuperarnos, voy a darle énfasis a esa palabra, de recuperarnos de listas de espera nunca antes vistas”.

¿Qué le pasa cuando escucha o se instala como verdad en la sociedad que la salud pública en Chile es mala?

“Yo trabajo en dos hospitales. ¿Yo no sé si tú conoces personas que trabajen por largo tiempo en dos hospitales? Por lo mismo, no comparto ese diagnóstico. Yo creo que la salud pública tiene una tarea titánica en tantos aspectos y las herramientas que se les dan no son todas las que se necesitan. ¿Hay deficiencias? Claro que hay deficiencias. ¿Hay espera? Claro que sí y esa es una tarea urgente. Pero yo me siento orgullosa de trabajar en la salud pública. Además, una persona trans en la salud privada sufre las mismas barreras y discriminación”.

Médica Destacada 2023:

En el marco de la tradicional ceremonia del Día Internacional de la Mujer, organizada por nuestro Departamento de Género y Salud, la Dra. Melissa Cifuentes Arévalo recibió el reconocimiento Médica Destacada 2023 por su labor en la atención con enfoque de derechos humanos y de género y por abrirse camino en un área comandada por hombres, convirtiéndose en referente para médicas jóvenes.

La profesional es egresada de medicina de la Universidad de La Frontera, uróloga titulada de la Universidad de Valparaíso y socia titular de la Sociedad Chilena de Urología. Es especialista en cirugía reconstructiva genital y de piso pélvico y realizó un fellowship en la Universidad de New York en medicina pélvica y cirugía reconstructiva en personas trans.  Actualmente, es uróloga en los Hospitales Carlos Van Buren y Sótero del Río, además es profesora adjunta e investigadora en Urología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Desde la instauración de este galardón en 2018, han sido reconocidas las doctoras Michelle Bachelet, Marisa Matamala, Adela Montero, Carol Ortiz y Marisol Ruiz.