Movilizados por el derecho a la salud

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Dra. Izkia Siches Pastén

Presidenta Colegio Médico de Chile

Tal como en distintos momentos de nuestra historia, nuestro Colegio Médico de Chile no ha estado ajeno al acontecer nacional. El alza del pasaje en el transporte fue la gota que rebalsó el vaso y detonó un estallido social, expresando la molestia de la sociedad con los abusos, inequidades y desigualdades que se han arrastrado por décadas. Entre las más sentidas demandas, además de mejores pensiones, salarios dignos, educación de calidad, siempre sonó con fuerza la exigencia de una salud digna para todos y todas.

Previo a este escenario, desde el Colegio Médico ya habíamos planteado públicamente nuestro descontento con la falta de insumos en los hospitales y el incumplimiento de acuerdos por parte del Ministerio de Salud que pretendían fortalecer la contratación médica: pago de asignaciones para profesionales en periodo asistencial obligatorio, reconocimiento de especialistas en atención primaria de salud y el cumplimiento pleno de Ley Médica. Entendiendo que gran parte de los problemas que vivimos día a día responden a temas estructurales, nos sumamos al descontento social, manteniendo nuestras movilizaciones planificadas, y desarrollamos una participación activa, pacífica, propositiva y dialogante con la sociedad y todos los poderes del Estado, además de iniciar un histórico trabajo junto a todos los actores de salud como los gremios, colegios profesionales de la salud, organizaciones de usuarios y pacientes.

Junto a ellos, acordamos cuatro grandes ejes para comenzar a solucionar los problemas que vemos a diario en nuestros espacios de labores: derecho a la Salud, garantizado en la Constitución; Seguro Nacional de Salud; establecer un Per Cápita de 10 mil pesos para atención primaria de salud; e incremento al 6% del PIB para el gasto público de Salud para cubrir déficit estructural y seguir las recomendaciones internacionales.

Pese al complicado clima social y las limitaciones en el funcionamiento de la ciudades, nuestros médicos y médicas, y el equipo de salud en general, respondieron siempre con responsabilidad y compromiso, llegando a sus puestos de trabajo y soportando extensas jornadas laborales, especialmente los servicios de Urgencia de la red pública, que tuvieron que enfrentar una sobrecarga de su gestión habitual.

Respondiendo al rol de nuestra profesión, denunciamos con vehemencia los excesos y violaciones de DD.HH. por parte de agentes del Estado, que quedaron en evidencia por un alto número de lesionados y un récord mundial que nos avergüenza en la cantidad de pacientes con trauma ocular severo, y pusimos en conocimiento a las autoridades políticas, policiales e internacionales de la materia, los antecedentes que nuestro Colegio pudo reunir a través del abnegado trabajo de nuestro Departamento de Derechos Humanos, encabezado por el Dr. Enrique Morales, quienes han trabajado sin descanso desde el inicio de la crisis.

Tampoco hemos dudado en condenar la violencia siempre y de manera tajante, especialmente cuando ha afectado a centros asistenciales o a equipos de salud, los cuales hasta en situaciones de guerra deben ser respetados, entendiendo el importante servicio que brindan a la comunidad. Estos hechos no sólo entorpecen el diálogo y la búsqueda de soluciones, sino que generan un efecto negativo en la legitimidad mayoritaria de las demandas sociales.

Valoramos también el acuerdo alcanzado para una nueva Constitución y creemos que es fundamental que la voz de nuestros médicos y médicas esté presente en la elaboración de la Nueva Carta Magna, por lo que los invitamos a informarse y ser parte de este proceso.

El Colegio Médico de Chile, desde su creación y durante sus 70 años de historia, ha tenido la vocación de incidir en las políticas públicas sanitarias y la preocupación por nuestros pacientes, entre sus prioridades. Por eso, siempre ha tenido y tendrá sus puertas abiertas a toda la sociedad y las autoridades, sin importar el color político, y la disposición para tender puentes de construcción y diálogo. Creemos que como ocurre en la mayoría de las crisis, esto puede y tiene que ser visto como una oportunidad para generar los cambios que nuestro país necesita y que nuestros ciudadanos demandan. Confiamos en que nuestro gremio será un actor relevante para construir un nuevo pacto político y social.