Es evidente que la salud de Chile vive una profunda crisis. El Estado es el responsable, ya que por más de tres décadas sólo se han adoptado medidas paliativas para resolver un problema estructural, sin dar un tratamiento definitivo para terminar con las grandes carencias de infraestructura, tecnología, falta de especialistas y problemas laborales de fondo que afectan a todos los trabajadores del sector salud y, lo que es mucho más grave, a nuestros pacientes.
La sumatoria de estas crisis agudas “no tratadas” han generado un empobrecimiento de los hospitales públicos y sus servicios de urgencia, una importante pérdida de camas de hospitalización y recursos humanos, además de un creciente aumento de las listas de espera, expresiones concretas de la incapacidad del sistema de absorber la demanda asistencial.
Día a día se profundiza la dramática deuda hospitalaria. Es necesario que el Fondo Nacional de Salud, FONASA, pague a los hospitales el valor real de las prestaciones que éstos realizan, ya que el pago subvalorado es uno de los grandes responsables del endeudamiento de los recintos públicos.
Vemos con preocupación cómo se desvían recursos al sector privado y han sido los propios gobiernos quienes han promovido esta política de compra de servicios, generando una serie de “incentivos perversos”, y potenciando la externalización, en lugar de contribuir para resolver las necesidades de los hospitales con claras medidas de atracción y retención de los facultativos.
En la línea de potenciar el Recurso Humano Médico, necesitamos que la autoridad conozca y transparente la brecha de médicos generales y especialistas a lo largo del país, que los programas de especialización financiados por el Estado cuenten con bases claras, que no se modifiquen intempestivamente según el gobierno de turno y que incluya a los médicos que ya están trabajando en establecimientos público. Es imperativo contar con una Atención Primaria resolutiva, ya que es el pilar fundamental del sistema.
Así mismo es preciso resguardar y garantizar la calidad de la atención que entregamos a nuestros pacientes, razón por la cual son bienvenidos los médicos titulados en el extranjero que cumplan con la legalidad vigente en Chile. Este es un imperativo ético de justicia que no desistiremos de exigir. En esa línea, tal como lo hace la Confederación Médica Latinoamericana y del Caribe en su declaración de Buenos Aires 2014, rechazamos las migraciones médicas impulsadas por intereses políticos.
Nos preocupa también la deficitaria infraestructura sanitaria en el país y la falta de definición por parte de las autoridades sobre la construcción de los hospitales, postergando una urgente solución a los miles de pacientes que esperan por una oportuna y digna atención.
Nos avergüenza destacarnos entre los países de la OCDE por tener uno de los mayores gastos de bolsillo en salud y donde se buscan iniciativas acotadas y locales para contrarrestar el alto valor de los medicamentos.
En la atención de salud, y considerando la relevancia de las enfermedades no transmisibles, es preciso cambiar el enfoque y dedicar mayores recursos y tiempo efectivo a hacer prevención y promoción desde la atención primaria y los colegios con el fin de mantener saludable a la población con programas que han demostrado ser efectivos en el largo plazo como promoción de alimentación sana y actividad física.
Responsabilizar y cambiar a las autoridades de turno no es la solución, lo que se debe hacer es una verdadera reforma del sistema de financiamiento y construir una política de Estado con mirada a largo plazo y basándose en argumentos técnicos, sólo así podremos cambiar el dramático escenario que enfrentamos en la actualidad.
Adherimos a los movimientos que los médicos, el equipo de salud y los usuarios han levantado a lo largo del país, manifestándose frente a la evidente crisis que vive la salud de Chile. La solución no pasa por atacar únicamente los problemas urgentes, sino que llegar a grandes acuerdos sobre lo importante. En esto hace falta una mirada de Estado que piense la salud a la altura de las próximas generaciones. El Colegio Médico llama a un pacto nacional para reconstruir el modelo de salud en Chile.
Inserto publicado en Diario El Mercurio, 15 de noviembre de 2015