Cinco percolaciones originarias en suelo médico chileno

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Dr. Yuri Carvajal Bañados, Editor Jefe Cuadernos Médico Sociales


Tom Dillehay

En 1973, la familia Barría modificó el curso del estero Chinchihuapi para poder cruzarlo en con carretas cargadas de troncos. Un año después, en el lecho asomaron extraños huesos con marcas. Quiso la suerte que un estudiante de la Universidad Austral visitara en el verano la zona y que los campesinos le mostraran sus hallazgos. Ya en 1976 Tom Dillehay iniciaba la primera campaña de excavaciones. Monteverde nacía para estremecer el paradigma Clovis y la cronología norteamericana del poblamiento continental, sin siquiera mostrar un resto óseo humano. Bastaron las señas de cacería y asentamiento, nudos, maderas, herramientas líticas, fogones, cuerdas, para adentrarse en un peculiar grupo humano. Entre los más de 2 mil restos de plantas, se pudieron identificar 23 foráneas. Una de ellas, con propiedades medicinales, cuya presencia en el saber popular actual hoy es obvia: boldo. Desde el pleistoceno una percolación de curación y cuidado para el siglo XX.

Lautaro Ferrer

En 1904, se publica la Historia General de la Medicina en Chile del salubrista Lautaro Ferrer. Dedica toda su primera parte (de tres), a la medicina indígena y, aunque usa expresiones que hoy están fuera de modo, como primitiva, supersticiones y supercherías, hay en su esfuerzo una revisión de autores coloniales y de fuentes dignas de una relectura actual. En medio de las ilusiones del progreso y de la reducción de los indios (el Censo de 1907 tratará de esto), la medicina originaria entra por la puerta ancha de la historia de la medicina local.

Danuta Rajs

En “Enfermedades Populares Chilenas, estudio de Cuatro casos”, publicado en Cuadernos del CEREN N°9 de septiembre de 1971, Rajs estudia el empacho, lipiria, enfriamiento y mal de ojo, que son parte de las diarreas que en ese momento concentran la atención. En medio del proceso transformador de la Unidad Popular de inspiración iluminista y Europea, Danuta va a las raíces precoloniales para entender, echando mano al saber antropológico, la persistencia originaria en la vida popular de las enfermedades de la gran ciudad de Santiago.

Moisés Ortega

En 1975 se inauguró el Museo de Navarino. En medio de una casi guerra geopolítica entre dos dictadores, los cuerpos pintados de los yaganes que Martín Gusinde reinventó, pasaron a ocupar un lugar central en el imaginario patagónico. En las premuras del tiempo totalitario, Santiago Aránguiz, Omar Larraín y el colega Moisés Ortega, seleccionaron las imágenes. Ortega conocía el trabajo de Gusinde y tuvo especial predilección por sus fotos. Pero fueron incluidas además imágenes de la expedición de La Romanche, Charles Furlong y Agostini. Suponemos que Ortega se encontraba como MGZ y que su labor museográfica fue parte de su experiencia local. Los yaganes de Ukika debían de contarse entre sus pacientes.

Luis Vergara

En las actas del V Congreso Científico General Chileno, realizado en Talca 1897 se incluye el trabajo “Piedras escritas de Quillagua”, del colega Luis Vergara Flores, donde identifica a los muiscas como sus autores, en contraste con los pueblos neptunianos de la costa. Ilustra con una amplia reproducción de 8 piedras de un sitio con imágenes trazadas en la pampa y las va describiendo. Las registró usando papel transparente, reconociendo sus limitaciones como etnógrafo. Reconoce el uso de quipus por estos pobladores y se aventura en las posibilidades de calendarios y escritura.

En esta sencilla enumeración de hallazgos -hay muchísimos, pero estos son los que tengo a la mano mientras escribo- he querido señalar una sola cosa: la presencia originaria en nuestra medicina es una percolación que aparece y reaparece por todos lados, que no respeta bordes, tiempos, experticias ni entrenamiento. En el número anterior buscamos en los rastros pre hipocráticos las señas de una medicina viva. Ahora hemos hecho un ejercicio parecido de nuestra herencia precolombina. En estas conexiones sorprendentes y sutiles me parece que residen buena parte de las respuestas a las preguntas éticas, humanistas y civilizacionales con que la práctica médica contemporánea nos interroga a sacudones.