El impacto del ser humano en la Tierra: Planeta y Salud

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Nuestro planeta está experimentando fenómenos climáticos que, lamentablemente, ya casi no nos sorprenden ni por su magnitud ni frecuencia. Nos estamos acostumbrando a megaincendios, la desertificación de extensos territorios, inundaciones y estaciones del año cada vez más cortas y extremas. Una realidad que avanza a una velocidad apabullante y que responde a un fenómeno donde todo indica que hay un solo culpable: la especie humana. Grupos de científicos postulan que en poco más de medio siglo hemos sido capaces de transformar el desarrollo del planeta… ¿Podemos revertirlo?

Marcos Santis Hernández


 

Se entiende por “era geológica” a la unidad de tiempo que sirve para identificar y determinar periodos de conformación de la Tierra. La Era Mesozoica se conoce como “la edad de los reptiles” por ser el grupo de vertebrados dominante en la tierra y los mares. El Mesozoico se extendió entre los 250 y los 66 millones de años. Durante ese tiempo tuvieron su apogeo los grandes reptiles conocidos como dinosaurios.

La era humana representa menos del 1% de la vida en la Tierra. Aún así, tenemos un nombre específico para este periodo de tiempo: Holoceno. El Holoceno es una división de la escala del tiempo geológico que se extiende desde los 11.700 años hasta nuestros días. Es la última época geológica, aunque algunos científicos postulan una nueva época llamada “Antropoceno”, marcada por la influencia de la humanidad en los procesos geológicos y la pérdida de biodiversidad.

¿Cómo llegamos a esto?

Tal como lo explicaba Laura Gallardo, Doctora en Meteorología Química en la Universidad de Estocolmo, académica del Departamento de Geofísica e investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, y actual Directora del Departamento de Postgrado y Postítulo de la Universidad de Chile, en su charla del Congreso Futuro 2019: “Los últimos 4 mil millones de años, el planeta funcionó dependiendo de parámetros astronómicos que definen, por ejemplo, cuánta energía llega desde el sol a la Tierra, la posición relativa de los continentes o los movimientos de las placas terrestres; con parámetros internos de la dinámica del sistema, como las interacciones que existen entre la biósfera, la atmósfera, el océano, la criosfera o el hielo.  Es decir, nosotros, como especie, jugábamos un rol probablemente muy menor. Sin embargo, en los últimos 40 ó 50 años, hemos alterado significativamente el sistema, al punto en que hoy día somos actores o actrices dominantes”, señaló.

¿Qué es el Antropoceno?

El término se ha utilizado informalmente como una nueva “época geológica”. Su uso postula designar con este nombre a la era geológica actual que se distingue por el papel central que desempeña la humanidad para propiciar significativos cambios geológicos. Estas transformaciones han sido provocadas por factores como la urbanización, la utilización de combustibles fósiles, la devastación de bosques, la demanda de agua o la explotación de recursos marítimos.

Un estudio de 2002, llamado “The Earth’s Biosphere: evolution, dynamics and change”, calculó que en el año 2000 d.c, los animales domesticados correspondían al 65% de la biomasa del planeta, los seres humanos al 32%, mientras que los animales vertebrados salvajes no superaban el 3% del total de biomasa de la Tierra.

Por otro lado, nuestra demanda por plástico en 1950, acumulaba un total de 2 millones de toneladas. Esta cifra en 2015 llegaba a los 380 millones de toneladas de plástico acumulados, superando la masa de la población humana global. Para graficar la magnitud del problema, se estima que, con todo el plástico acumulado en el planeta, éste podría envolver a la Tierra dos veces.

“Las perturbaciones en el sistema Tierra en el momento actual que llamamos Antropoceno no ocurren como relación directa, lineal y proporcional entre causa y efecto. Son múltiples, simultáneos y tienen oscilaciones que pueden escalar”, reflexiona el Dr. Yuri Carvajal, presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico.

Y esto también tiene consecuencias sanitarias. Las alteraciones de los ecosistemas ha hecho que insectos portadores de enfermedades puedan desplazarse o habitar otros territorios. Un claro ejemplo es lo que está pasando con el mosquito Aedes aegypti, vector importante en la transmisión del dengue, la fiebre amarilla o zika que habitualmente vivía en zonas tropicales o del Caribe y ahora es posible encontrarlo en Arica. Lo mismo ha sucedido con la enfermedad de chagas, el virus Hanta en el sur, la marea roja, etc; por sólo mencionar algunos ejemplos locales que se han ido desplazando a zonas donde antes no existían.

“Vamos a tener que estudiar mucho más seguido cuál es nuestra epidemiología, porque nosotros estábamos acostumbrados a que ciertas enfermedades estaban en ciertas regiones y hoy nos empiezan a aparecer en otras. Eso es un tremendo desafío, porque tenemos que capacitar a nuestros equipos de salud para que puedan trabajar bajo estas nuevas condiciones. De alguna manera tenemos que transversalizar el conocimiento que antes estaba circunscrito a ciertos territorios y hoy podríamos verlo en cualquier parte de Chile. Habrá que trabajar con médicos de países vecinos para que nos enseñen de estas enfermedades a las que no estamos habituados”, señaló el Dr. Carlos Becerra, médico salubrista y tesorero nacional del COLMED.

¿Se puede revertir?

En más de medio siglo, el ser humano ha sido capaz de convertirse en un agente capaz de alterar el planeta en su funcionamiento. Bajo esa misma lógica, el impacto de nuestras acciones muestran que somos capaces de cambiar el mundo y podemos cambiarlo para bien. Potencialmente, podríamos avanzar hacia un mundo que sea mejor, más feliz, más sustentable, y que nos permita a nosotros mismos, como especie, seguir sobreviviendo y disfrutando de este planeta que es el único hogar que hasta el momento tenemos.

En los ochenta, Santiago era una ciudad de 540 kilómetros cuadrados y en la actualidad la ciudad se extiende por sobre los 770 km2. A pesar de su expansión, en los últimos 30 años Santiago ha reducido la contaminación por PM10, aplicando medidas tecnológicas y operacionales. Aunque esta disminución en los últimos años presenta una estancamiento, de igual forma de acuerdo a cifras de la Superintendencia de Medioambiente, el “2022 fue el segundo año con mejor calidad del aire desde que existe plan de descontaminación”.

Si nos centramos solo en temas de transporte, las primeras medidas de descontaminación que se tomaron en la capital comenzaron en 1991, en la época de las micros de colores altamente contaminantes y cuando el smog era materia obligada de los noticiarios, tras la creación del Programa de Descontaminación Ambiental del Área Metropolitana de Santiago, en abril de 1990. Luego, con la entrada en vigor de la ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente, se creó la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama) y se dio paso a la elaboración de los Planes de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA).

Otro hito en la mejora de la calidad del aire en la capital,  fue la implementación del Transantiago. No obstante, si bien la calidad del aire mejoró también cambiaron los hábitos de los capitalinos y muchos se bajaron del bus, pero se subieron al auto. Esto demuestra que para resolver los temas medioambientales no basta sólo con la implementación de tecnología, sino que requiere de política, compromiso en la toma de decisiones y cambios de comportamiento.

En 1989, entró en vigencia el Protocolo de Montreal que limita el uso de los cloroflurocarbonos para controlar el daño de la capa de Ozono. “En las mediciones más recientes se constata que estamos recuperando el ozono estratosférico y el tamaño del agujero se ha reducido. Es una política internacional avalada por la ONU, exitosa, que muestra que es posible concertar acciones mundiales y tener resultados”, señala el Dr. Carvajal.

Cambio de paradigma

Los fenómenos o catástrofes a las que nos enfrentamos actualmente suelen ser problemas que ocurren muy rápido y, además, en forma acelerada. Son múltiples problemas que ocurren simultáneamente y por lo tanto, la manera que se tenía de entender y resolver una cosa a la vez no funciona. Y eso es un desafío distinto. Eso significa, entre otras cosas, que no se puede volver a las soluciones de antes para enfrentar este tipo de problemas.

“Por tanto, tenemos que pensar de un modo no habitual. Enfatizar principios precautorios y seguimientos sistemáticos de los problemas, buscar interconexiones distintas entre los procesos e incorporar los conocimientos actuales del sistema Tierra a nuestra reflexión”, señala el Dr. Yuri Carvajal, presidente del departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico.

Para la Doctora en Meteorología Química en la Universidad de Estocolmo, Laura Gallardo, un posible plan de acción debe contemplar la integración de distintas perspectivas y nuevos paradigmas, con procesos cada vez más participativos. “Tenemos que ser capaces de abrir la mirada. Significa diversidad de género, diversidad cultural e integrar otras dimensiones de conocimiento ancestral como la de los pueblos originarios. Mientras más novedosos seamos, vamos a poder pensar de una manera distinta y contribuir con soluciones originales a estos problemas complejos”, señaló en su charla en Congreso Futuro.

“Como presidenta del Colegio Médico de Chile, a través de nuestra vocación las y los invito a aportar en el diseño de un mejor futuro”.

Dra. Anamaría Arriagada

Presidenta Nacional del COLMED

Un concepto sin consenso, aún…

Un grupo de científicos ha postulado el inicio del Antropoceno formalmente en el año 1952. La elección de esta fecha específica se basó en la posibilidad de identificar los radionucleidos esparcidos por las bombas de hidrógeno detonadas en aquel momento como un marcador quimioestratigráfico fiable.

Pues bien, dicha propuesta fue rechazada el pasado 4 de marzo de 2024. Doce de los dieciocho miembros de la Subcomisión de Estratigrafía del Cuaternario, comité encargado de aceptar modificaciones en el ordenamiento del periodo más reciente de la Tierra, votaron en contra, según informó el New York Times.

Estas discusiones y acuerdos en ciencia es algo que no sorprende. Por ejemplo, el concepto Holoceno fue propuesto por el geólogo británico Charles Lyell en 1833 y fue aceptado medio siglo después.

“Vamos a tener que estudiar mucho más seguido nuestra epidemiología. Estábamos acostumbrados a que ciertas enfermedades estaban en ciertas regiones y hoy nos empiezan a aparecer en otras”.

Dr. Carlos Becerra

Tesorero Nacional del COLMED

La mirada gremial

En 2021, el Colegio Médico de Chile se integró a la Alianza Global para el Clima y la Salud; entidad que nace después de la primera Cumbre de Clima y Salud, que tuvo lugar en el año 2011, durante la 17ª Conferencia de las Partes (COP17) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

“Estamos en una agrupación que tiene presencia en Europa, América del Norte, Asia, Oceanía y Australia. Realmente es una agrupación muy importante que en este último tiempo ha sido denominada como una de las más influyentes en el desarrollo de las Conferencias de las Partes, las COP. Para nosotros como institución es relevante, puesto que son muy pocas las organizaciones médicas de la región de Latinoamérica y el Caribe que tienen un área ambiental, un departamento ambiental, o que tratan el tema de la salud ambiental en sus respectivos países”, señala el Dr. Mauricio Ilabaca, representante del COLMED en  la Alianza Global para el Clima y la Salud.

El Departamento de Medio Ambiente tiene contemplado para el primer semestre de este año organizar seminarios en varias jornadas y territorios, buscando precisar, ordenar y comprender la multiplicidad del problema. Por lo mismo, se realizarán tres seminarios, separados por macrozonas.

“Tenemos que pensar de un modo no habitual. Enfatizar principios precautorios y seguimientos sistemáticos de los problemas”.

Dr. Yuri Carvajal

Pdte. del Depto. de Medio Ambiente del Colegio Médico

En la zona norte, para conocer y debatir sobre litio, minería, termoeléctricas. En la zona sur, sobre calidad de aire, biodiversidad, salmonicultura.  Y en zona centro, para debatir respecto a residuos, plaguicidas. Además pensamos realizar un seminario centrado en cambio climático, en agosto, paralelo a la reunión en Santiago de la Sociedad Internacional de Epidemiología Ambiental (ISEE) .

Estos seminarios buscan cumplir varios propósitos:

  • Formar una masa crítica dentro de las profesiones de salud.
  • Concordar visiones comunes.
  • Preparar una publicación con los contenidos desarrollados en los seminarios.
  • Avanzar en análisis temáticos con perspectiva local.
  • Conocer a los actores locales y dialogar en la búsqueda de convergencias para la acción.

El Medio Ambiente será un tema central para la actual Mesa Directiva Nacional.  “Como presidenta del Colegio Médico de Chile, las y los invito a aportar a través de nuestra vocación en el diseño de un mejor futuro. Uno donde la cooperación se imponga a la competencia; la sostenibilidad a la rentabilidad; y así, las vidas productivas de quienes habitamos la Tierra, hagan cada vez más habitable nuestro planeta”, declaró la Dra. Anamaría Arriagada, presidenta nacional del COLMED.