Comenzó con un grupo de estudiantes que evadió pagar el metro por el alza del pasaje, pero el “18/O” detonó algo más: semanas de manifestaciones en todo el país y una ciudadanía molesta y disconforme, ya no solamente con el transporte. Varias fueron las demandas: educación, pensiones y salud, entre las más sentidas. Para solucionar esta crisis se deben implementar nuevas políticas públicas, algo que el Colegio Médico de Chile, junto a otros colegios profesionales, gremios y usuarios de la salud, han intentado concretar en dicha área y desde mucho antes del estallido social.
Por: D. Zúñiga Ríos
“Por ti mamita, que moriste en lista de espera”, señala el cartel de un manifestante; otro dice “No lucho contra el cáncer, lucho por obtener la quimio”. Sea en un trozo de cartón, cartulina o en un elaborado lienzo; en ciudades de regiones de Chile o en Plaza Italia de Santiago, esta escena ocurre en un lugar común: la calle. Es un Chile que protesta y dejó de estar silencio. Esos carteles, como tantos otros, se han podido apreciar durante las movilizaciones que se han registrado en todo el país.
Además de reflejar el malestar hacia la clase política y elite empresarial, la gente en sus carteles o cantos —con mucha creatividad— ha contado sus experiencias personales de abuso por parte del sistema. Quienes asisten a las marchas -sino una gran mayoría- conocen a alguien que a fin de mes recurre a pagar la mercadería con tarjeta de crédito o que llamaron a un familiar suyo para agendar una sesión de quimioterapia cuando éste ya había muerto. Gente que debe el Crédito con Aval del Estado por 20 años; que se desplaza dos horas a sus trabajos y reciben el sueldo mínimo. Adultos mayores que viven con una pensión de 100 mil pesos o menos. Personas que no tienen dinero para costear medicamentos o un tratamiento clínico en caso de enfermedades graves. Y si no los conocen, de lleno son ellos mismos y mismas.
Lo cierto es que los chilenos se movilizaron y la causa no fue únicamente el alza del boleto del metro. La ciudadanía comenzó a expresar su molestia por las carencias del sistema, que abarcan la educación, trabajo, vivienda, pensiones y acceso a una salud digna, entre otras cosas.
“Chile despertó”
La profunda crisis que desde hace tiempo acarrea la salud pública, como la falta de insumos y listas de espera, no es algo que haya salido a la luz recientemente por las manifestaciones de octubre. Desde agosto de este año, el Colegio Médico comenzó a denunciar con fuerza dichas carencias, tras el preocupante anuncio de la Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (Apis), en que indicaban que parte importante de sus afiliados dejarían de aceptar solicitudes de compra de los hospitales ante la abultada deuda que mantenían los recintos, y ante las denuncias recibidas por parte de profesionales de distintos recintos respecto a limitaciones presupuestarias y de insumos en distintos centros asistenciales públicos del país, los que estaban impactando directamente en su trabajo diario y en la calidad de atención entregada a los pacientes.
A esto se sumó la grave situación del Hospital Carlos Van Buren, en Valparaíso, que presentaba una deuda de 1.700 millones de pesos en pago a proveedores bloqueados, que eran más de treinta empresas, y más de 9 mil millones en pago a proveedores en el periodo 2018 y 2019. En Santiago, otro ícono de la crisis fue el Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP) o Ex Posta Central. En septiembre, días antes de la celebración de Fiestas Patrias, profesionales y funcionarios del recinto se manifestaron en el frontis con lienzos y pancartas “en defensa de la salud pública”. El secretario nacional del Colegio Médico, Dr. José Miguel Bernucci, quien asistió a la convocatoria, apuntó a una “política deficiente de financiamiento de los hospitales” por parte de las autoridades de Salud, como el ministerio y la subsecretaría de Redes”. La respuesta del Ministerio de Salud en ambos casos: errores de gestión.
Esa lectura errónea y nula respuesta por parte de las autoridades de salud del Gobierno, llevaron a que el Colegio Médico convocara a otros colegios profesionales y gremios del área de la salud para sumar fuerzas y exigir en conjunto un aumento en este ítem en la Ley de Presupuesto 2020. “Más presupuesto, mejor salud” fue la consigna que el 9 de octubre —día en que se convocó la primera marcha a nivel nacional— unió a los Colegios de Enfermeras, de Químicos Farmacéuticos y Bioquímicos, de Cirujano Dentistas, de Tecnólogos Médicos, de Matronas y Matrones, de Nutricionistas, de Trabajadores Sociales, de Sicólogos, de Terapeutas Ocupacionales, de Médicos Veterinarios, de Fonoaudiólogos y de Kinesiólogos en un mismo sentir. En el caso de Santiago, la manifestación se realizó en la Plaza de La Constitución, frente al Palacio de La Moneda, y se replicó en todas las regiones del país.
Las manifestaciones que el Gobierno no escuchó
“Vienen hoy día los colegios profesionales de la Salud a pedirle al Gobierno avanzar en materia de presupuesto”, dice la Dra. Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico de Chile, mientras habla a través de un megáfono. Son las 11 de la mañana del 9 de octubre y en la Plaza de La Constitución hay cientos de profesionales manifestándose. La presidenta de la Orden nombra a cada gremio y agradece su presencia. Cabe destacar que se trata de una convocatoria sin un paro, para no dificultar la atención en los servicios de salud. “Lamentablemente nuestros pacientes no pueden marchar. No queremos hospitalizarlos en pasillos o decirles que sus exámenes se van a tener que postergar”, explica la facultativa.
Mientras los asistentes gritan “Piñera, Piñera, suelta la billetera”, se escuchan también los silbatos y se agitan las banderas y carteles. Colmed reclama que éste es el aumento más bajo al presupuesto de Salud en los últimos cinco años, con un alza del 5,7%. “Esta es una demanda que venimos esperando hace años que sea parte de la agenda política. Por eso le pedimos mayor financiamiento, a todos los parlamentarios de todos los sectores”, concluye la Dra. Siches.
Específicamente, las carencias que Colmed denunciaba eran: cortes de servicios básicos por no pago; quimioterapias y cirugías suspendidas por faltas de insumos; falta de medicamentos, como antibióticos y anticoagulantes y de reactivos para exámenes imagenológicos y de laboratorio; no pago de salarios a médicos de reemplazo y despidos de distintos profesionales, como psicólogos, por falta de recursos, entre otros.
Pese a la gran participación, que también se vio reflejada en distintas regiones del país, como en Valparaíso -donde más de mil personas marcharon hasta el Congreso-, y en otros recintos hospitalarios de la región Metropolitana, las autoridades de Gobierno no dieron respuestas concretas.
Es por esto que -previo al estallido social-, para el 22 de octubre se convocó otra marcha. “Vamos a defender a la Salud Pública”, rezaba uno de los lienzos con los que Colmed recorrió Santiago, desde el edificio del Colegio Médico en calle Esmeralda, al Ministerio de Salud, terminando en Plaza Italia. También, en este mismo día, en distintas regiones del país se realizaron asambleas locales y manifestaciones afuera de los centros de salud al medio día con un #CacerolazoPorLaSalud.
Luego, hubo una nueva marcha el 29 de octubre. Participaron 2.000 personas en Santiago, entre trabajadores y estudiantes del área de la salud, además de pacientes y representantes de organizaciones de usuarios, quienes marcharon desde el frontis del Ministerio de Salud hasta la Plaza Italia. “Como Colegio Médico nos sentimos parte del descontento social, particularmente en los grandes desafíos que tenemos en el área Salud. Por eso esperamos que el Gobierno aproveche esta enorme oportunidad para avanzar en modificaciones estructurales que garanticen el acceso a una salud digna y de calidad”, explica la Dra. Izkia Siches.
Las medidas que tomó el Gobierno
Ante el contexto de agitación social, el Gobierno a través del ex ministro del Interior, Andrés Chadwick, declaró Estado de Emergencia en algunas regiones del país, por lo que en Santiago hubo toque de queda desde el 19 al 25 de octubre. Durante estos días, el presidente anunció una Agenda Social, con tres medidas en materia de Salud: Urgencia de discusión inmediata al Proyecto de Ley que crea el Seguro de Enfermedades Catastróficas; creación de un Seguro que cubra parte del gasto en medicamentos, no cubierto por programas como el GES o la Ley Ricarte Soto; ampliación del convenio del Fonasa con farmacias para reducir el precio de los medicamentos, lo que beneficiará a más de 12 millones de personas.
Desde el Colegio Médico y otros colegios profesionales y gremios de la Salud, no quedaron conformes con estos anuncios. “Consideramos que estas medidas se quedan un tanto cortas e invitamos al Gobierno a avanzar en cambios mucho más estructurales y darle un derecho a la salud a los chilenos y chilenas”, señala la Dra. Izkia Siches.
Por su parte, el Dpto. de Políticas de Salud y Estudios del Colmed, analizó dichas propuestas y elaboró una minuta que se compartió con todos los colegiados. Al respecto, indicó que la primera, el Seguro Catastrófico, que consiste en un proyecto ya en discusión, propone ponerle un límite a los copagos (40% del ingreso familiar) que pueden tener los usuarios de FONASA B, C y D cuando se atienden en el sector privado, para un conjunto de prestaciones definidas. El copago del beneficiario tendrá un mínimo de gasto máximo de bolsillo, que nunca será inferior a un 40% de la suma de 12 veces el ingreso mínimo mensual. Por lo tanto, una persona con sueldo mínimo sin cargas, tendría que pagar $1.444.800 pesos antes de beneficiarse del Seguro.
En lo concreto, este seguro significa incentivar a los usuarios FONASA a atenderse en el sector privado, pudiendo inducir a un mayor gasto de bolsillo de las personas. Así mismo, implica una importante fuga de recursos desde el sector público al privado.
El segundo, el Aumento en la licitación de medicamentos Convenio FONASA – Farmacia Ahumada, consiste en ampliar un convenio vigente entre FONASA y la Farmacia Ahumada, que les da descuentos especiales en la compra de medicamentos a los beneficiarios de FONASA que ya entró en vigencia. Para este Departamento, dicha medida es “extremadamente superficial y le entrega a las grandes cadenas la cautividad de pacientes FONASA”. Quedan fuera de la licitación las farmacias independientes y no se incorpora en esta política ninguna medida que pueda contener eficazmente el aumento de los precios de los medicamentos. Nuevamente, la solución pasa por el gasto de bolsillo, en vez de mejorar la cobertura por el FONASA.
Y respecto al último, Seguro de Medicamentos, expresaron que “no contamos con ninguna información al respecto, más allá del titular”.
Buscando acuerdos, generando diálogo
A la alianza inicial con los colegios profesionales del área, se sumaron también los gremios y sindicatos y agrupaciones de pacientes, usuarios y cuidadores, con el fin de generar una voz representativa de todos los actores en salud y poder ser un interlocutor válido con la autoridad, que pudiera aportar propuestas que apuntaran a solucionar la crisis, desde las distintas realidades.
Así, en conjunto, se consensuaron cuatro grandes propuestas para subsanar la crisis que atraviesa la atención pública.
La primera es el Derecho a la Salud, garantizado por Estado en todas sus dimensiones, como acceso oportuno, de calidad, protección financiera y cobertura universal, a través de un necesario cambio de la Constitución Política.
La segunda, el Seguro Nacional de Salud, es decir, que exista un solo ente que sea responsable de las cotizaciones de la seguridad social en un solo fondo, sacando de esta forma a las Isapres de la administración del 7% obligatorio, las que pasarían a ser seguros complementarios. Esta propuesta se hizo en base a un estudio realizado por el Colegio Médico y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, en la que se presenta la opción como un gasto mejor invertido, con reducción de costos de administrativos y aumento de las coberturas, generando equidad y menores gastos de bolsillo.
La tercera, establecer un Per Cápita de $10.000 pesos para la Atención Primaria. Y la última, el incremento del 6% del PIB para el gasto público de Salud, para cubrir déficit estructural y seguir las recomendaciones internacionales.
En paralelo a la presentación de estas cuatro propuestas estructurales en el Congreso, Colegio Médico también llamó a la realización de Cabildos junto a otros colegios profesionales, gremios y usuarios de la Salud, con el fin de conocer más demandas de parte de los trabajadores del área y de la ciudadanía.
También, se concretaron distintas reuniones con los parlamentarios de la Comisión de Salud de ambas cámaras, para socializar y buscar apoyo a estas propuestas. La senadora DC Carolina Goic fue parte de estas conversaciones y entrega un balance que resume el sentir de los trabajadores y usuarios del sistema: “El mensaje es muy claro: la salud no resiste medidas maquillaje, medidas parche. Queremos el fortalecimiento de la salud pública en el que está el 80% de las personas”.
Sumadas a estas instancias, el Gremio representado por el Secretario Técnico del Departamento de Políticas de Salud y Estudios, Dr. Cristóbal Cuadrado, presentó frente a parlamentarios de la tercera Subcomisión mixta de presupuesto del Congreso Nacional, donde se analizó la propuesta del ejecutivo en la Ley de Presupuestos 2020, y en específico, la glosa de Salud. En su presentación criticó los montos destinados para el área en 2020 y llamó a avanzar hacia un Seguro Único de Salud.
“Es una de las asignaciones presupuestarias más bajas del sector de la última década y en el que no hay énfasis en la atención primaria, donde una de las ampliaciones más grandes de las glosas es la transferencia a privados con un incremento de un 9,5%. En un contexto donde el país está movilizado, demandando mejoras, esta no puede ser una discusión de presupuesto más”, detalló el Dr. Cuadrado a los parlamentarios.
Pese a los difíciles días que ha vivido el país, la esperanza está más viva que nunca en que esta crisis se va a ocupar como una oportunidad para generar cambios que permitan mejorar la calidad de vida de quienes habitan nuestro país. “Confío que estas movilizaciones permitirán que avancemos en el derecho a la salud en Chile”, concluye la presidenta del Colegio Médico.