Pese a que son conocidos los beneficios de amamantar, muchas mujeres optan por las fórmulas a la hora de alimentar a sus hijos. ¿Las causas? Inquietudes, temores e inseguridades, las que tienen solución y pueden quedar atrás gracias al apoyo que entrega esta organización.
Por Daniela Zúñiga
Promover y apoyar un estilo de crianza, a través de la cultura del amamantamiento para favorecer el crecimiento del niño sano, fue la meta que se fijaron en 1978 los médicos que fundaron la Liga Chilena de la Lactancia Materna.
Desde ese entonces, ha funcionado en las dependencias del Colegio Médico, donde han realizado sus actividades para madres que necesitan información sobre este proceso o presentan problemas al momento de querer dar pecho a sus hijos. Respecto a esta alianza, la Directora Ejecutiva de la agrupación, Graziana Bartolucci, destaca que “este apoyo ha sido tremendamente importante. Somos una organización voluntaria, entre los socios aportamos algo, pero no tenemos mayor solvencia, y el hecho de tener un espacio ha sido fundamental”.
Si bien hace cuatro décadas la labor de la liga apuntaba a la promoción de la lactancia como una manera de combatir la desnutrición y el alto porcentaje de mortalidad infantil, hoy son otros los desafíos que enfrenta.
“Las mujeres hemos perdido la seguridad en nosotras mismas para poder amamantar. Esto se ha transformado en un problema de salud y no debería ser así. Antes de que se dé un problema, ya hay una posición de que esto no es fácil”, explica Bartolucci.
En esta línea, agrega que “también influye que en las últimas décadas la maternidad se ha ido retardando y hemos visto una diferencia enorme entre las mamás de veintitantos, que no están con miedo y sale súper sencillo, y las mujeres sobre los 35, 40 años, que enfrentan la crianza y la lactancia con más temor, con una postura más racional, sin dejar que fluya lo instintivo”.
Los principales motivos por los que las madres se acercan a la Liga tienen que ver con problemas de pezones adoloridos, grietas, hongos o porque los niños no maman bien y producen poca leche. “Esto ocurre porque a muchos bebés recién nacidos les aplican el sucedáneo de inmediato, entonces, cuando se les introduce un chupete eso es lo que conoce y si le gusta y le acomoda, después rechaza cualquier otra cosa. Cambia la succión y cuando aplica eso al pecho, no extrae bien la leche y las mamás se angustian, se frustran. Entonces nosotros las reeducamos y cuando se sienten apoyadas, lo intentan y resulta”, detalla Bartolucci.
Para llegar a la comunidad, dar apoyo y resolver este tipo problemas, la Liga forma monitoras, las cuales son acreditadas por la Comisión Nacional de Lactancia Materna (CONALMA), dependiente del Ministerio de Salud. Ellas, actualmente, han conformado 20 Grupos de Apoyo a la Lactancia Materna (GALM) a lo largo del país, que funcionan al alero de consultorios, centros comunitarios o en sus hogares. El requisito principal para ser parte de este grupo es ser madre y haber amamantado, para que con su experiencia pueda ayudar a otras mujeres.
Graziana Bartolucci aclara que el organismo también ayuda a las madres que no pueden amamantar. “Partimos de la base de que la lactancia es lo que la naturaleza ha creado para el desarrollo del ser humano, pero también sabemos que hay situaciones especiales y esas familias también necesitan apoyo”.
La Liga busca incidir en las políticas públicas que tienen relación con la lactancia. Participaron activamente en la promoción y discusión de la Ley 20.545 que extiende el post natal a seis meses, y en la Ley 20.869 sobre publicidad de alimentos, que prohíbe cualquier anuncio en sucedáneos de la leche materna o fórmulas de inicio hasta los 12 meses de edad. Hoy, uno de sus desafíos es que la licencia para las madres se extienda hasta el año y promover el parto respetado.