Por Patricio Cofré A.
Hasta 60 horas de trabajo semanales, desgaste, burnout y otra diversidad de problemas quedaron al descubierto en un estudio de 500 páginas realizado por los doctores Enrique Barilari, Jaime Sepúlveda, el antropólogo Rodrigo Sepúlveda y el estadístico Temístocles Molina. La encuesta, que incluyó a mil 300 profesionales, incluso podría ser solo la punta del iceberg: el trabajo de campo se realizó antes de la pandemia, por lo que las cifras pueden ser aún más dramáticas.
Sobrecargas laborales que implican un 57% de mayor riesgo de estrés; una percepción de que se trabajan demasiadas horas en un 67% de las respuestas; cargas laborales en promedio de 54 horas, pero que llegan hasta las 60 horas semanales; un índice de fatiga o cansancio en médicas que llega al 82% y 2 mil 588 reportes de violencia, de ellos el 75% psicológicos y 7% de carácter sexual.
Los datos son crudos y brutales. La situación que viven las médicas y médicos es sumamente preocupante. Alta frecuencia de síntomas de depresión y estrés, una tasa de suicidios que esta sobre la media de la población y una baja calidad de vida. Y aún con un ingrediente más de complejidad: los alarmantes números son previos a la pandemia de Covid19.
Así se desprende del acabado estudio “Perspectiva de los médicos y médicas del área metropolitana sobre las condiciones laborales que afectan su salud física y mental”, elaborado por los doctores Enrique Barilari y Jaime Sepúlveda, el antropólogo Rodrigo Sepúlveda y el estadístico Temístocles Molina.
El trabajo evaluó las respuestas de 1.315 encuestas a doctores y doctoras obtenidas a fines de 2019, con el fin de analizar las condiciones laborales y su impacto en la salud de los profesionales gracias a un Fondo Concursable del Consejo Regional Santiago y quedó plasmado en un documento de 500 páginas que se entregó en noviembre de 2020.
“En Chile no tenemos este tipo de estudios y creíamos pertinente poner en evidencia que las condiciones de trabajo en el país, tanto en el sector público como el privado, hacen que la medicina sea un área de riesgo que puede tener graves consecuencias. Revisamos literatura y el llamado de atención que realizó la Asociación Médica Mundial es que debemos preocuparnos de la salud de quienes atienden”, explica el doctor Sepúlveda, coordinador del proyecto.
Los temas abordados fueron el empleo y organización del trabajo, la formación, los riesgos físicos, psicosociales y mentales del trabajo, el estrés laboral y el temor a la judicialización. Además, se sumaron consultas de violencia laboral, problemas de salud y atención, calidad de vida, entre otros. La etapa cualitativa complementó los hallazgos de la encuesta a través de entrevistas en profundidad y un grupo focal.
El investigador principal, el doctor Barilari, explica que “la sorpresa mundial es que los que están cuidando la salud de la población están más descuidados que cualquiera. La Asociación Médica Mundial comenzó a hablar de esto y había un estudio anterior, con una muestra menor en Chile que daba cuenta de situaciones de carga de trabajo excesiva. Esto es el factor central que explica el síndrome de burnout y los altos índices de depresión y suicidio. La situación es preocupante porque no hay regulación mayor”.
Realidad supera a la ficción
Emular este estudio, sin caer en caricaturas, con la sirena prendida de una ambulancia que viaja rauda por la ciudad para atender una emergencia o para llevar a un paciente a un recinto sanitario, quizás es la mejor forma de graficar lo complejo de sus resultados.
Con respecto a los síntomas que reportan los médicos y médicas durante el último año, el 79% indicó que ha sentido cansancio o fatiga; el 54% ha padecido de ansiedad; el 51% de cefalea; el 46% de insomnio y el 37% de depresión. Con respecto al degaste ocupacional, el 70% ha sentido agotamiento emocional, el 38,8% despersonalización y el 48,8% des realización.
El 62% asegura que ha tenido un nivel de estrés alto o muy alto, mientras que el 67% cree que trabaja demasiadas horas y el 33,7% dice haber sentido temor a no atender bien por estrés.
Las principales situaciones que fueron mencionadas, además del exceso de horas, fueron la sobrecarga burocrática, mencionada en un 65% de los casos; el temor a la judicialización en un 42%; la falta de tiempo para estudiar o actualizarse en un 35%; la ausencia de espacio para conversación y reflexión de la práctica clínica en un 38% y, finalmente la inexistencia de medidas para prevenir errores médicos en un 33%.
Con respecto a la carga horaria semanal, pese a que en promedio llega a 54 horas -10 más de lo establecido en la ley-, la mayor cantidad se presenta en las urgencias públicas y SAPU con 60 horas y llega a su tope en las urgencias privadas con 63 horas.
Por otra parte, el 28% considera alto o muy alto el riesgo físico en el trabajo y más del doble en la salud mental (62%). En los trabajadores de SAPU, se eleva a un 50 y un 77%; respectivamente, mientras que en las urgencias públicas 43% y 70%; y en sus pares del sector público, 40% y 66%.
En materia directamente laboral, el 25% de los consultados trabajan en más de tres lugares, el 16,3% demora más de 2 horas en sus desplazamientos y el 51% entre una y dos horas diarias. El 28,8% de los encuestados encuentra su espacio laboral inadecuado o muy inadecuado y el 33,1% califica de la misma manera la privacidad en su puesto de trabajo.
En la vida cotidiana, el 62% no está satisfecho con su tiempo libre, el 67,3% con la actividad física que realiza y el 41,3 tampoco lo está con su vida familiar. Ante la pregunta “¿Siente que debe trabajar más de lo que quisiera para cubrir necesidades económicas?”, el 44,2% indicó que muchas veces o siempre.
Incluso, el 41% presenta problemas de salud, pero el 27% reconoce que no sigue el tratamiento prescrito. El 30% no se realiza exámenes preventivos y el 36% lo hace de forma irregular.
Finalmente, la encuesta recoge 2 mil 588 reportes de violencia laboral, mil 939 de violencia psicológica – 524 acosos laborales de jefaturas y 501 de parte de colegas o integrantes del equipo de salud- y 914 reportes de maltrato de pacientes o de sus familiares. Y, más grave aún, 185 reportes de violencia sexual.
“Son muchos los factores que influyen en el deterioro de la calidad de vida y laboral de los médicos y médicas, entre ellos están la sobrecarga laboral, el horario y el carácter del trabajo que realizan, como pasar tantas horas en espacios donde no existen los recursos necesarios y con una presión asistencial muy alta. Esto, en un entorno complejo con una población con mucha desesperación por la angustia al no tener una respuesta a su necesidad, debido a la falta de horas o de medicamentos, genera inconvenientes al desempeñar su trabajo y les va creando una cicatriz en su psiquis y se observan trastornos conductuales, también en la relación médico-paciente y en el riesgo de cometer errores médicos”, concluye el doctor Sepúlveda.
El doctor Barilari, en tanto, asegura que la alta participación en la encuesta muestra un interés creciente en el tema y es un primer paso para comenzar a trabajar estos datos de forma permanente y, así, monitorear la situación, en especial, los efectos durante el duro año de la pandemia. “Se están venciendo las barreras y estamos encontrando la manera de abordar estos temas porque es una materia sensible para los médicos y médicas. Las respuestas abiertas son profundamente alarmantes e interpeladoras de temas bastante desconocidos. Es un tabú la precariedad del trabajo médico, el hecho de que hay médicos que no están en condiciones de atender y relacionar el desgaste con los errores médicos. La situación es gravísima”.
Pero, más allá de esa mirada compleja, cierra con una reflexión alarmante: “Existe un problema serio de salud mental y general de los médicos y, sin embargo, no está siendo atendido. El tema de la salud laboral sigue invisibilizado y en pandemia es gravísimo. El impacto en la calidad de la atención es insondable y es un círculo vicioso.”
“Existe un problema serio de salud mental y general de los médicos y, sin embargo, no está siendo atendido. El tema de la salud laboral sigue invisibilizado y en pandemia es gravísimo. El impacto en la calidad de la atención es insondable y es un círculo vicioso”.
Dr. Enrique Barilari,
Investigador Principal
“Son muchos los factores que influyen en el deterioro de la calidad de vida y laboral de los médicos y médicas, entre ellos están la sobrecarga laboral, el horario y el carácter del trabajo que realizan, pasar tantas horas en espacios donde no existen los recursos necesarios y con una presión asistencial muy alta”.
Dr. Jaime Sepúlveda,
Coordinador del Proyecto
Suicidios: los datos desconocidos
“En todo el mundo, la tasa de suicidio médico es más alta que la tasa general, pero en Chile, hasta el momento, hay un mundo oculto” explica el doctor Jaime Sepúlveda. En el estudio no pudieron tener los datos específicos en el país y tampoco el de las muertes en desplazamientos laborales. Pero los indicadores internacionales no son auspiciosos.
En la Reunión Anual de la Asociación Americana de Psiquiatría de 2018 se sitúa a la profesión médica entre las más riesgosas, con una tasa de suicidios entre 28 y 40 por 100 mil médicos o médicas, lo cual más que duplica la tasa en población general (12.3 por 100 mil habitantes).
Recientes encuestas que sondean el síndrome de desgaste profesional entre los y las profesionales norteamericanos, arrojan un incremento de la prevalencia del Síndrome de Burnout de un 40% a 42% en informes del 2013 y 2018 respectivamente.