Lecciones de una pandemia

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Sin duda, este 2020 será un año para recordar. El mundo se ha visto golpeado por los efectos del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, tanto por la gran sobrecarga que ha impuesto a los sistemas sanitarios, debido a su alto potencial de contagiosidad, graves efectos en la salud, y el alto número de vidas que ha cobrado, como por los cambios de hábitos que han tenido que adoptar las personas para evitar mayores casos, y las consecuencias que han traspasado lo sanitario, en ámbitos como la economía o la educación.

Es por eso que éste ha sido un año de cambios, de aprender a convivir con una pandemia global. Como aún no contamos con una vacuna que nos proteja ni tenemos certeza de cuándo podremos tenerla, hemos debido tomar medidas, algunas más extremas que otras, para cuidarnos, como el distanciamiento social, el no visitar a nuestros adultos mayores, el trabajar desde casa, el no acudir a centros comerciales y hacer nuestras compras por internet y -el más sencillo, pero relevante-, adquirir el hábito de lavarse las manos como un mantra. Además, hemos tenido que aprender a ser solidarios, pero quizás no de la forma que tradicionalmente solíamos verlo, si no que entendiendo que nuestras acciones impactan no sólo de forma individual, si no también a los que nos rodean.

Sin ir más allá, la pandemia también nos llevó a cambiar los planes que teníamos como Colegio Médico y adecuar muchas de nuestras actividades. El 13 de marzo, nuestro Consejo Nacional definió suspender las reuniones y actividades presenciales, por lo que desde esa fecha, tanto las sesiones de Consejo como de Mesa Directiva Nacional y todo tipo de reuniones de trabajo, se han realizado de manera virtual. Lo mismo ha ocurrido con las instancias de formación, como cursos y capacitaciones o las actividades extra programáticas como seminarios, charlas o conversatorios, todos realizados por la vía telemática. Incluso nuestra ceremonia del Día del Médico, la más importante de nuestra Orden, también se realizará de esta forma, con el fin de resguardar la salud de nuestros y nuestras colegas.

Igualmente, la pandemia impactó en el desarrollo de nuestras elecciones generales, obligándonos a suspender el proceso en dos oportunidades y postergándolo por varios meses, desde mayo, como se realiza tradicionalmente, a diciembre, e imponiendo el desafío a los postulantes de encontrar nuevas formas de hacer campaña y llegar a los y las colegas, evitando aglomeraciones.

A nivel interno, también tomamos definiciones para proteger la salud de nuestros colaboradores y colegiados. Tempranamente, optamos por implementar la modalidad de teletrabajo y suspender la atención a público en la sede de nuestro Consejo Nacional, lo cual fue replicado también por nuestros regionales y Club Médico, retomando poco a poco, una vez que las comunas involucradas fueron avanzando en mayores grados de apertura, con todas las medidas de seguridad exigidas por la autoridad sanitaria.

Si bien ha sido un año complejo, debemos quedarnos con las lecciones aprendidas y las cosas positivas que nos deja el vivir en “modo pandemia” -no puedo dejar de mencionar el adoptar el lavado frecuente de manos, que nos ayuda a prevenir muchas enfermedades, no sólo el COVID-19-. Es de esperar que esta crisis sanitaria, más allá en los cambios de hábitos que nos ha traído, nos impulse a generar los cambios que el país necesita, para contar con un sistema de salud robusto, que logre responder de forma oportuna a las necesidades de cada uno de sus habitantes, sin discriminar por la condición socioeconómica de las personas, basado en los principios de la seguridad social.

Las crisis son oportunidades, y ésta es una que no podemos dejar pasar, especialmente ahora, que comenzará a escribirse una Nueva Constitución. Como médicos y médicas, debemos ser relevantes en esta discusión, pues estamos día a día con nuestros pacientes, insertos en los recintos de salud, por lo que conocemos las fortalezas y debilidades de nuestro sistema sanitario. Por eso, el llamado es a involucrarnos en este proceso, para que nuestra opinión y lo que tenemos que aportar, esté reflejado en nuestra Carta Fundamental. Igualmente, aprovechar esta instancia para recuperar la tuición ética, necesaria para el efectivo control entre pares y el correcto ejercicio de nuestra profesión.

La mejor forma de honrar a quienes han partido producto de esta pandemia, ente ellos 12 colegas -al cierre de esta edición-, que contrajeron el virus en el ejercicio de su profesión, es construir un Chile mejor y más solidario, tomando las lecciones que nos deja esta crisis, para que la próxima vez que tengamos que enfrentar una situación de esta magnitud, estemos mucho más preparados, con un sistema de salud y de protección social mucho más fortalecido.

Dra. Izkia Siches Pastén

Presidenta Colegio Médico de Chile