Cuando se proponía una meta, el destacado pediatra no descansaba hasta cumplirla. Previó la irrupción de la judicialización de la medicina y, para enfrentarla, creó la Fundación de Asistencia Legal del Colegio Médico.
E n una servilleta de papel de una fuente de soda del litoral central se selló el destino de Falmed. En ella, el Dr. Monlezun anotaba concentrado lo que su hijo abogado, Kléber Monlezun Cunliffe, le dictaba. El problema de la culpa presunta contractual y las obligaciones de medio y obligaciones de resultado, sus implicancias para la responsabilidad médica, cómo se estructura la figura culposa del cuasidelito y cómo se sanciona la negligencia médica, entre otros asuntos, quedaban anotados. Disfrutando de unas empanadas fritas, el impulsor de la Fundación repetía una y otra vez que esta nueva institución debía ser de médicos y para médicos, y no administrada por compañías de seguros. Su nuevo proyecto, al igual que los principios que rigen la arquitectura, debía ser algo más que una buena idea, tenía que construirse bien.
Pero ¿qué llevó al Dr. Kléber Monlezun Soto a crear una fundación de asesoría legal al alero del Colegio Médico? El gatillante para que la historia de Falmed comenzara a apuntarse en aquella humilde servilleta, fue el bullado caso del traumatólogo del Hospital Militar, Dr. Alfredo Elgueta Parodi, por la operación de cadera que le realizó en 1993 al ministro de la Corte Suprema, Lionel Beraud. Cabe recordar que, luego de una demanda a raíz de la intervención quirúrgica, un fallo de primera instancia asignó una indemnización de 80 millones de pesos de la época al ministro Beraud, una cifra exorbitante.
“Ese hecho lo conmovió profundamente”, recuerda el Dr. Juan Eurolo, actual presidente del Consejo Regional Valparaíso del Colegio Médico, quien trabajó estrechamente con el médico pediatra en la creación de Falmed. “El caso que afectó al Dr. Elgueta fue el detonante para que el Dr. Monlezun concentrara todas sus energías en constituir una organización de apoyo a médicos envueltos en casos de presunta negligencia médica”, destaca.
Antofagasta, París y Santiago
En 1972, con 37 años de edad, el pediatra Dr. Monlezun, de reconocida militancia socialista, decide dejar Antofagasta, ciudad en la que residía desde 1962. Acababa de ganar una beca de especialización en pediatría y neumología infantil otorgada por el gobierno de Francia. Junto a su señora y sus tres pequeños hijos, de 7, 5 y 3 años, se trasladó a París en plena efervescencia de la Unidad Popular. Una vez instalado como becario en la capital gala, trabajó con el connotado profesor y pediatra Dr. Jacques Gerbeaux.
En su tiempo libre, junto con sociabilizar con la colonia chilena en París, la familia se dedicó a buscar las raíces de los Monlezun, las cuales se remontaban a un pueblito Trie-sur-Baïse, ubicado en el suroeste de Francia. Allí el doctor conoció a algunos familiares y supo cómo los Monlezun llegaron a América del Sur, a través de Buenos Aires.
Su devenir en Francia, sin embargo, concluye bruscamente al año siguiente. Mientras concluía su beca en el Hospital Armand Trousseau, se entera del Golpe de Estado en Chile, sin dimensionar las consecuencias que este hito en la historia política del país le acarreará durante los próximos años en su vida profesional. Pese a todas las advertencias de sus familiares, colegas y amigos que estaban en Chile, que le aconsejaban que no regresara y se radicara Francia, decide volver en octubre de ese mismo año. Los Monlezun Cunliffe arriban provenientes de Buenos Aires, lugar en donde desembarcan todos los pasajeros, ellos son los únicos que cruzarán la cordillera. En Santiago harán una breve escala para radicarse nuevamente en Antofagasta.
Su hijo recuerda. “Regresando de Francia, mi padre vuelve directamente a la ciudad de Antofagasta hasta el año 1980. En febrero de 1981, regresa a Santiago para radicarse de manera definitiva en esta ciudad. Ahora bien, luego de terminar la dictadura con el retorno de la democracia, mi padre se reintegra a trabajar al Hospital Félix Bulnes y recién el 21 de agosto de 1995 se le reconoce la calidad de exonerado político”.
“Este periodo fue muy duro para él, no sólo por las dificultades que tenía para trabajar, sino porque muchos de sus colegas y compañeros de universidad, que antes de que viajara a París se declaraban sus amigos, con el Golpe dejaron de serlo y eso lo afectó profundamente”, apunta el hijo mayor del Dr. Monlezun. Lidiar con la dictadura le significó una censura y veto inmediato en cada parte donde llegaba. Le quitaron el cargo de jefe de servicio del Hospital de Antofagasta y su cátedra en la sede de la Universidad de Chile en esa ciudad. Sin embargo, no pudieron impedirle el acceso al hospital a ver a sus pacientes, “aunque poco faltó para eso”, agrega Kléber Monlezun hijo.
Ya a principios de los noventa, encuentra la calma profesional que tanto anhelaba y ejerce como médico broncopulmonar en Clínica Avansalud y en la Cámara de la Construcción, al tiempo que volvía al sistema público en el Hospital Félix Bulnes.
“Con todo lo que él vivió, pudo ser un amargado social o un ideólogo virulento, casi un extremista filosófico. Pero nada de eso nos inculcó nuestro padre, porque él fue un demócrata de tomo y lomo”, concluye el abogado Monlezun Cunliffe.
Una partida prematura
Siendo su primer presidente, y a tres años de la puesta en marcha de Falmed, el Dr. Monlezun enfermó irreversiblemente, en momentos que se gestionaba la compra de un inmueble para acoger a los médicos que requerían asesoría legal y al personal que trabajaba para la Fundación. El 8 de agosto de 1998 estaba todo dispuesto para inaugurar las nuevas oficinas. Sin embargo, su salud le impidió asistir y la directiva Falmed decidió aplazar la ceremonia hasta la recuperación de su presidente, situación que nunca llegó a concretarse. El Dr. Kléber Monlezun Soto falleció en la Clínica Alemana diez días después, el 18 de agosto de ese año, aquejado de una complicación pulmonar.
Su deceso, totalmente inesperado, caló hondo en Colegio Médico y Falmed. Convocando a una sesión especial, el Consejo General de la Orden le rindió un sentido homenaje, al que asistieron como invitados especiales su esposa Mary Cunliffe y sus hijos Kléber (49 años), Daniel (47 años) y Marianne.
En la ocasión, presidió el tributo el Dr. Enrique Accorsi, presidente de la Orden en ese entonces. Tal como lo consigna “El Recetario”, revista del Consejo Regional Santiago publicada a fines de 1998, el Dr. Accorsi resaltó que el solemne acto “resulta particularmente significativo hacerlo en esta sala, donde todavía se puede oír su voz apasionada exponiendo sobre el quehacer médico o manifestando su espontánea y chispeante alegría, siempre creando, buscando nuevos horizontes y desafíos”. En medio de la congoja reinante, los presentes culminaron la sesión reconociendo con una ovación al extraordinario hombre que, demasiado pronto, acababa de partir.
Homenaje póstumo
“Cuando todo el resto de la mesa creía que Kléber había enloquecido, logró idear un sistema que permitiera la defensa legal de los colegas acusados de Mal Praxis. Kléber, conciliando los aspectos éticos con los legales y gremiales, consiguió la estructuración definitiva de Falmed, de la cual fue su primer presidente. En el ejercicio de este cargo logró la compra de un inmueble que acogiera a los médicos con problemas. Esta sede iba a ser inaugurada el 8 de agosto. Su enfermedad lo impidió. El equipo de Falmed decidió postergarla para otra ocasión. Kléber nos habría dicho… ¡Qué importa, si ya está funcionando igual!
Esta fundación, por acuerdo unánime de Falmed y el Colegio Médico, llevará para siempre el nombre de su fundador, el doctor Kléber Monlezun Soto”.
Dr. Juan Eurolo en revista El Recetario, 1998.
Trayectoria gremial
Consejero Regional del Consejo Regional Antofagasta del Colegio Médico, donde se desempeña como Secretario (1966-1970).
Consejero Regional del Consejo Regional Antofagasta del Colegio Médico, donde se desempeña como Vicepresidente entre 1970 y 1972, fecha en la que viaja a Francia beneficiado por el gobierno galo en calidad de becado.
Miembro del departamento Científico Docente del Consejo General del Colegio Médico, desde 1982 a 1988.
Consejero General del Colegio Médico en representación del Consejo Regional Santiago entre 1984 y 1988.
Elegido Vicepresidente del Colegio Médico en 1993.
Consejero General del Colegio Médico en representación del Consejo Regional de Puerto Montt.